Gabriel Sánchez Andraca
Vino a Puebla el dirigente nacional del PAN, Marko Cortés, que políticamente hablando, no es un dirigente muy ducho en lo que debe y puede hacer, y ya armó un lío entre el presidente municipal y el gobernador Miguel Barbosa, pues al “sugerirle” al alcalde Eduardo Rivera Pérez, que visite los pueblos del Estado para que lo conozcan, a fin de que sea el candidato panista a la gubernatura, demuestra su desconocimiento de lo que puede y no puede hacer o lo que quiere es eliminar a “Lalo” como suspirante panista, para poner a un allegado suyo, como el ex senador Javier Lozano Alarcón.
Por lo pronto ya lo dejó fuera del circulo del gobernador Barbosa, pues para nadie es un secreto que lo andaba apapachando en forma tal, que entre los chismes políticos que han corrido en los tiempos actuales, ya se decía que la intención del gobernador, era que el PAN lo lanzara, para oponerlo a cualquiera de los dos aspirantes morenistas, Ignacio Mier y Alejandro Armenta, que ahora son destacados legisladores federales, uno en la Cámara de Diputados y otro en la de Senadores y con los cuales el jefe del Ejecutivo del Estado, no simpatiza.
Acción Nacional no tiene elementos capacitados para asumir una candidatura a gobernador de Puebla, con posibilidades de triunfo. El único elemento de dicho partido para más o menos dar la pelea con cierta dignidad, es “Lalo”. El PRI, su aliado, tiene a personajes mucho más conocidos y entrenados para el servicio público que cualquiera de los panistas destacados de Puebla.
El PAN representa a la derecha tradicional de México y esa derecha es medianamente fuerte en el municipio capital del Estado, pero no en toda la entidad que siempre a dado muestras de ser, políticamente hablando, liberal. Su influencia siempre ha sido muy limitada, al grado de que no cuenta con estructura en los 217 municipios. Si acaso tendrá comités municipales en cincuenta.
Sus triunfos obtenidos en algunos municipios importantes, como lo fueron Tehuacán, Atlixco, Teziutlán, Huauchinango, Texmelucan y algunos más, han sido esporádicos, cuya motivación era acabar con el predominio de algunos políticos priistas que abusaban del erario y del nepotismo consistente en colocar en los puestos públicos de los municipios que gobernaban a parientes cercanos con sueldos extraordinarios.
Para los ciudadanos comunes, los ayuntamientos surgidos del PAN, fueron casi siempre, una mala experiencia y por eso fueron barridos en las elecciones del 2018, año en que también el PRI, ahora aliado del PAN sufrió una derrota espectacular, que lo dejo al frente de solo 85 pequeños ayuntamientos, de los casi 200 que gobernaba unos años antes.
EN LAS ELECCIONES DEL 2024, NINGUN PANISTA DA la talla para gobernar el estado; bueno, tampoco tiene un candidato con posibilidades de llegar a la presidencia municipal de Puebla-capital.
Sin embargo, los panistas se asumen muy orondos como la tercera fuera política del país y en su alianza con el PRI y el PRD, se asumen como los líderes de esa alianza y por eso apoyan a “Alito” el dirigente nacional del PRI, porque a él sí lo pueden manejar a su antojo, como de hecho lo están haciendo. Pero, ¿se dejarán imponer un candidato del PAN para la gubernatura, los miles de priistas y ex priistas enojados por esa alianza? Estamos seguros que no, pero quien sabe. El PRI ahora es impredecible: no sabemos si sigue siendo liberal, si ya se volvió conservador o está en la línea del recién fallecido Luis Echeverría, de “todo lo contrario”.
TODOS LOS PARTIDOS, INCLUYENDO A MORENA, tienen la obligación de trabajar para ordenarse internamente, fortalecerse y constituirse en una opción válida para ocupar puestos importantes en los tres niveles de gobierno.
Reciben de prerrogativas o de subsidios de parte de los gobiernos federal y locales, una millonada que desperdician en gastos absurdos e innecesarios, pero no en fortalecer a sus institutos políticos, porque se ve claramente que no avanzan, ni siquiera pueden lograr su unidad interna. Todas las agrupaciones con registro de partidos políticos, están muy lejos de ser “escuelas de política” como dijo el fundador del PAN Manuel Gómez Morín, el día 15 de septiembre de 1939, cuando fue lanzado Acción Nacional como partido. Ya está por cumplir 87 años y su comportamiento es como el de un jovencito entrando a la adolescencia.