Victor de Regil
Las cosas en la armadora alemana se han complicado; y es que, aunque no hay forma de probar que haya existido “mano negra” en la votación de los trabajadores de la armadora Volkswagen del pasado 5 de agosto, cuando rechazaron el incremento propuesto de 11 por ciento, se deberá reponer todo el proceso, desde la emisión de su convocatoria. Ahora sí una mayoría podrá decidir sobre su horizonte laboral y, con éste, el de la planta. Ese “futuro común” al que ha aludido la empresa en su llamado a la responsabilidad.
En días pasados, el Centro Federal de Conciliación y Registro Laboral ordenó al Sindicato Independiente de Trabajadores de Volkswagen (Sitiavw) repetir esa votación, con la probabilidad de que esta segunda vuelta ocurra dentro de un mes.
Los trabajadores, si ahora votan en mayoría, podrán definir el camino con mayor solidez. Hay elementos que se deben conocer sobre este caso.
El Sitiavw pidió 15 por ciento de incremento en un primer pliego de peticiones. El acuerdo al que se llegó con la empresa fue de 11 por ciento de aumento. Nueve por ciento directo al salario y dos por ciento en prestaciones.
Dijeron no. A pesar de que se trata de la mayor oferta de incremento en el país y la más alta, por mucho, que ofrece la armadora en los últimos años a sus empleados de la planta ubicada en Cuautlancingo.
En el sector público como el privado, los aumentos salariales que se han concretado oscilan de 4 a 7.5 por ciento.
Como ejemplo de lo anterior, podemos mencionar, apenas el 22 de julio, el Sindicato de Telefonistas de la República Mexicana y Teléfonos de México (Telmex) lograron un acuerdo de incremento de 4.5 por ciento al salario para los trabajadores activos y jubilados. El convenio tuvo otras prestaciones inmediatas, directas y retroactivas. Pero fue, en números concretos sobre las nóminas, de 4.5 por ciento.
La armadora alemana ofrece a sus trabajadores en Puebla 11 por ciento. Ahora bien, ¿quiénes rechazaron ese incremento? ¿Cuántos de los sindicalizados? Ese es otro tema que se debe observar a detalle.
Recordemos como el pasado 5 de agosto, votaron 4 mil 835 trabajadores sindicalizados. Pero son en total 6 mil 888 trabajadores los afiliados. Alrededor de 30 por ciento no se presentó a votar, situación de las que se desconocen sus causas.
Del universo de votantes, 2 mil 586 lo hicieron en contra del aumento y ganaron.
Ellos y ellas quieren más de 11 por ciento. Ese número representa solamente alrededor de 35 por ciento del gremio. Esa fracción fue la que decidió por todos y ante ello viene el mencionado rechazo al generoso aumento.
Una minoría que definió el rumbo de 12 mil familias (entre los trabajadores sindicalizados y los de confianza).
Un puñado que definió por todos, a pesar que la negociación parecía más que exitosa y que difícilmente alguien se opondría.
Además, hay consecuencias más allá de la planta, pues la armadora representa 30 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) del estado, por lo que autoridades estatales e incluso federales, deberán de estar atentas a como se desarrolla esta situación, pues el golpe a la economía poblana podría ser durísimo.
Hay que decir, además, que los trabajadores de la armadora tienen de los mejores cinco sueldos del ramo en el país.
Un empleado, en promedio, de VW en Puebla puede ganar hasta mil 200 pesos diarios lo que representa un sueldo de alrededor de 36 mil pesos, más las prestaciones y demás privilegios de los que gozan. Por ello es que llama la atención el rechazo a un aumento que está por encima de la inflación y por encima de la mayoría de los aumentos que se han dado en empresas similares a la Volkswagen.
De ahí la responsabilidad que se demanda y se espera de los trabajadores en esta nueva votación.
Qué bien queda aquí la fábula de la Gallina de los Huevos de Oro.