Quiero hacer una pausa antes de continuar y aprovechar para explicar brevemente qué es el Only Fans. Básicamente es un portal web por suscripción de fotos y videos donde los protagonistas ganan dinero de los usuarios que se adentran a ver estos contenidos. Algo que la ha vuelto una sensación, pues vino a convertirse en la revista porno de nuestros tiempos, pero a diferencia de las impresas muy famosas, es que en Only Fans no hay censura alguna.
El lugar, de nombre Butcher’s Steak House, que es más un men’s club, ha dicho que el costo de reservación es 20 mil pesos por mesa y tienes que entrarle con 50 por ciento para apartar tu lugar y no perderte nada de este show de trascendencia mundial, bueno, el Cirque du Soleil y cualquier show de Las Vegas se queda corto con lo que van a presenciar.
Y digo “van”, porque la verdad yo prefiero quedarme a regar los cactus que tengo sembrados en casa. Pero como dice el comercial: “se aplican restricciones”, ya que si pasase, ocurriese o sucediese que se cancelase este show de carnes, no habrá reembolso del dinero, lo cual, a leguas, se ve alevoso y gandalla.
Hago un llamado a las autoridades correspondientes del departamento de normatividad y espectáculos, ya que para anunciar una presentación al público se supone que debe estar el contrato de por medio del artista confirmado, espero exista y hagan su trabajo, y no me los engañen con una orden de tacos de vísceras y un refresco colorado, para que se hagan de la vista gorda.
En ningún espectáculo te dicen que si se llegara a cancelar se quedan con tu dinero, porque entonces ¿qué pienso?; esto es un robo anticipado y estas personas están haciendo una práctica común en empresarios de pacotilla y pseudoempresarios que hacen estos encuentros.
Les explico: estas personas empiezan a anunciar un show y a vender boletos, así de la nada, esperan la respuesta de público que va a comprar sus entradas y ya que ven que sí están vendiendo, contactan al artista y ya lo contratan, en pocas palabras hacen empresa con el dinero de la gente y no del suyo.
Para todas mis lectoras tan respetables, hago de su conocimiento que Karely Ruiz es una chica de 21 años de edad, con estrías como usted y con algunos gorditos por allí, sólo que la “corrigen” en edición digital para hacernos creer a los hombres que existe la mujer casi perfecta.
Pues bueno, esta influencer, que no influencia a nadie, es una de las mexicanas con más seguidores en la plataforma de contenido por suscripción, con más de 100 mil seguidores, esto no tienen ningún mérito.
Perdónenme, pero no le veo por ningún lado lo artístico a encuerarse, lo que sí veo es una fecha de caducidad muy próxima, debido a que su carrera la basa en algo que en un tiempo y tras su uso va perdiendo la atracción de los años mozos. Así que a ir ahorrando, mientras dura esta efervescencia por la carne joven, porque atrás de ella hay una fila de millones igual o mejores.
Las esposas, suegras y madres de estos hombres están escandalizadas y paradas de pestañas, ante tal amenaza a sus matrimonios, están cerrando filas para que no asistan: inventando cenas de aniversario para ese día, que les da el soponcio, el patatús, todo para que no vayan a derrochar dinero a este lugar y, sobre todo, les vean la cara.
Ante advertencia no hay engaño.
La columna de esta semana ha terminado pueden ir en paz.
Contacto: director@revistapuebla.com y @RayZubiri en todas las redes sociales.