Victor de Regil
El enfrentamiento entre los primos Mier dentro de Morena crece cada día más. Y es que, la guerra poblana que tiene como protagonistas a Alejandro Armenta Mier, senador, e Ignacio Mier Velazco, diputado federal, ha comenzado a tener consecuencias sobre los cargos y las posiciones de poder que en las dos cámaras del Congreso de la Unión se habrán de definir a mediados de agosto, previo al arranque del próximo periodo ordinario de sesiones. Mucho está en juego y todo cuenta para el futuro de los dos y de Puebla.
Para nadie es un secreto que cada uno, a su manera y en sus posibilidades, sueña con la candidatura del Movimiento Regeneración Nacional (Morena) a la gubernatura en 2024.
El próximo 1 de septiembre comenzará el periodo ordinario de sesiones y deberán renovarse las presidencias de la Cámara Baja y del Senado de la República.
En las plenarias de cada Grupo Parlamentario de Morena las definiciones llegarán entre una o dos semanas antes de esa fecha.
También tendrán que ratificarse las coordinaciones.
Por ello, en muy mal momento, tanto para Alejandro, como para Nacho, llegan las denuncias que los dos se han recetado.
Ignacio la presentó por la presunta “filtración” del documento de la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF) en el que, si bien la Fiscalía General Justicia del estado (FGE) de Puebla no lo imputa, en cambio sí lo menciona.
Él, no hay que olvidarlo, es dueño de 35 por ciento de las acciones de Diario Cambio, empresa que está involucrada en el lavado de dinero de más de 427 millones de pesos.
El socio de Mier, Arturo Rueda, está en la cárcel de Tepexi, mientras el coordinador de los diputados federales de Morena busca desde el principio deslindarse jurídicamente de él y sus presuntos delitos, a toda costa.
Por ello, Ignacio Mier ha presentado una denuncia, supuestamente, ante la Fiscalía General de la República (FGR) contra su primo y otros personajes.
Parte de una estrategia de cortina de humo, ha dicho el gobernador Miguel Barbosa.
En tanto, Armenta Mier ha anunciado que podría presentar una denuncia contra su primo por “violencia política”.
“Hay líneas de investigación (contra Mier Velazco)… Los temas jurídicos se deben de atender. Si tu servidor o cualquier integrante de un partido político, comete un delito, se debe de actuar. Por mi investidura de senador, no puedo actuar con impunidad”, insistió.
Los dos primos han llevado la guerra por sus viejos rencores al Congreso de la Unión.
Sin desearlo ni calcularlo del todo, con su pleito han puesto en riesgo la posibilidad de que Alejandro Armenta llegue a la presidencia del Senado.
También que Ignacio Mier permanezca en la coordinación de los morenistas en San Lázaro. Hay descontento en las dos bancadas.
Molestia por estas diferencias.
Intranquilidad por la manera en que se contamina el proceso para la elección y ratificación, en cada caso, de estos cargos que deberá definirse a mediados de agosto.
Eso sin contar con que la guerra de los primos salpica el proceso de renovación de las dirigencias estatales.
Los dos dependen de la mayoría de votos de las bancadas de Morena para lograr sus objetivos.
Desde hace algunos días, comenzaron los rumores de que por la denuncia en su contra y la que presentará contra su familiar, Alejandro Armenta se tambalea en la posibilidad de llegar a la presidencia de la Mesa Directiva de la Cámara Alta.
Sobre Ignacio Mier, en tanto, hay descontento desde hace tiempo, por su incapacidad para cabildear con la oposición los votos que requería la Reforma Eléctrica del Presidente de la República, que necesitaba de mayoría calificada, por los cambios constitucionales.
Ni uno ni el otro tienen hoy por hoy todo el apoyo de sus bancadas. El pleito familiar está hoy en el centro del interés del Congreso de la Unión.