Victor de Regil
2022 ha sido un año de olvido para Nacho Mier quien, mes con mes, ve cada vez más lejana tu anhelada candidatura en 2024 por el gobierno del estado de Puebla.
Y es que, en lo que va del año no pudo cabildear la reforma energética; no pudo cabildear la reforma electoral; su hijo, presidente municipal de Tecamachalco, casi termina en la cárcel; perdió la elección de Durango, la cual era su responsabilidad; meten a la cárcel a su socio y amigo el director del Diario Cambio, Arturo Rueda; es acusado de nepotismo pues intervino para que su hija fuera diputada local y su hijo presidente municipal; es ligado en la llamada “Operación Angelópolis” donde se le acusa de presunto lavado de dinero y un largo etcétera que tiene contra las cuerdas al poderoso diputado federal poblano.
Pero, después de lo anteriormente dicho, Mier decidió irse en contra de su propio partido y de personajes políticos muy poderosos, pues la supuesta denuncia que el coordinador de los diputados federales de Morena presentó contra Santiago Nieto, ex titular de la UIF; su primo y senador Alejandro Armenta y el gobernador Miguel Barbosa Huerta, resulta la mayor evidencia de que Ignacio Mier Velazco se ve acorralado, abandonado y solitario. No podrá ser ya, de ninguna manera, aspirante a la gubernatura y el cúmulo de presuntos delitos en que se le ha involucrado crece cada día.
Nacho está cercado. Además, muy mal asesorado. Responde tarde. sin reflejos y sin tino. Y es que n el video que en días pasados subió a sus redes sociales incluso asegura que su denuncia es por “revelación de secretos”, un delito que no encaja en el supuesto que argumenta.
La revelación de secretos, contenido en el Título Noveno del Código Penal Federal, se refiere más bien a una conducta que se da en el ámbito íntimo, personal, laboral e industrial.
Se refiere esa tipificación a hacer pública, sin consentimiento, “una comunicación reservada que conoce o ha recibido con motivo de su empleo”.
O a “servicios profesionales o técnicos o por funcionario o empleado público o cuando el secreto revelado o publicado sea de carácter industrial”.
También cuando se “revele, divulgue o utilice indebidamente o en perjuicio de otro, información o imágenes obtenidas en una intervención de comunicación privada”.
Ya desde ahí se anuncia inconsistente la acusación de Mier. Pero lo cierto es que, si en realidad la presentó, porque no hay prueba documental de que haya ocurrido, viene muy mal hecha esa denuncia.
No hay ningún argumento que lo apoye para defenderse de la investigación de la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF).
En ésta, se menciona al coordinador de los diputados federales morenistas por lavado de dinero, evasión fiscal y operaciones con recursos de procedencia ilícita.
Pero, además, por sus propias limitaciones, Ignacio Mier termina por desmentirse. No tiene una narrativa consistente.
En días pasados, ante representantes de diversos medios de comunicación locales, había ya minimizado el tema de la UIF. Dijo que era “grilla local sin efecto”.
Por su parte, el gobernador Barbosa Huerta se refirió a Mier en su conferencia mañanera, en donde recordó su pasado como “segundón” de Enrique Doger Guerrero. Su presente y sus reminiscencias como priísta, antes que integrante genuino de la Cuarta Transformación (4T).
En el contexto político, los más contentos son los panistas. Porque Mier parece ser el elemento que más perjudica a Morena, el que más divide y más fractura al lopezobradorismo poblano de por sí ya dividido.
La hipótesis de muchos, tras el video de Nacho, es que “sabe que van por él y por ello lanza esta desesperada pedrada”.
No se sabe que así sea a ciencia cierta. Pero un dato es relevante.
Y es que también en la conferencia mañanera, el gobernador de Puebla reveló que el diputado federal tiene alguna responsabilidad en el contexto de la espantosa ejecución, en noviembre pasado, de tres agentes ministeriales en Tecamachalco, municipio que preside su hijo Carlos Ignacio Mier.
Nacho Mier ha decidido enfrentarse a personajes muy poderosos al mismo tiempo, difícilmente saldrá triunfante y, si no pasa nada extraño, todo indica que 2022 será el año que pondrá fin a sus intenciones de ser gobernador de Puebla.