Por: Atilio Alberto Peralta Merino
El pasado 25 de junio , e-consulta, mi casa editorial, dio a conocer una noticia con un sesgo por demás elogioso, tanto hacía mi persona, como hacía el colectivo del que formo parte: “Los Doscientos Libros”.
Nota firmada por la reportera Maribel Velázquez, el mismo día , en que, la misma información con idéntica redacción, se publicaba adjudicándola a su vez a la redacción del diario “Cambio”; y en la que, al efecto se manifiesta la siguiente:
“Tras este caso, Atilio Alberto Peralta Merino, integrante del colectivo Doscientos Libres, denunció otros casos de violencia presuntamente encubiertos desde rectoría, pero luego de ventilarlos acusó que recibió amenazas, por lo que acudió a la Comisión de Derechos Humanos (CDH) de Puebla.
Ante lo ocurrido recordó que Flota Ocampo fue fiscal de Derechos Humanos durante el gobierno de Rafael Moreno Valle, y desde su cargo intentó frenar los reclamos de Elia Tamayo Montes, madre del niño José Luis Alberto Tehuatlie Tamayo, asesinado por policías estatales durante el desalojo de una protesta en Chalchihuapan en julio de 2014.”
La noticia bajo la cobertura del diario “Intolerancia” aun cuando en sus primeros párrafos es idéntica a la que se publicó en los diarios previamente señalados, omite el inmerecido reconocimiento que ha sido trascrito, en lugar de ello, hace referencia a una investigación a cargo del rector saliente, que, para quienes hemos visto el video de la agresión tumultuaria sufrida por el menor hijo de la señora Guadalupe Torres, resulta tan falsa , como la que tuvo a su cargo como responsable de la fiscalía especializada de derechos humanos en el caso de Chalchihuapan.
Dadas las circunstancias referidas, nos encontramos ante el hecho digno de destacarse que la renuncia del rector Flota se comunicó por medio de un boletín de prensa, que, dicho sea de paso, no se circunscribió a la clásica morfología de los despachos informativos en los que se abordan en párrafos breves las famosas cinco preguntas claves: que, como, quién, donde; sino en el que se editorializó con antecedentes y conclusiones, algunos de ellos no del todo precisos, como es afirmar que el suscrito habría señalado otros casos de agresión dentro de la institución escolar referida.
Acaso para sorpresa de algunos, es de destacarse que ni un servidor, ni integrante alguno del colectivo “Doscientos Libres” habría redactado, ni puesto en circulación el boletín en cuestión, siendo, por el contrario los primeros gratamente sorprendidos por tan halagador despacho, cuya autoría nos es del todo desconocida.
José Enrique Flota Ocampo, -cuya cédula profesional de licenciado en Derecho, con número de folio 4383417, fue inscrita apenas en el años de 2005 en atención a los sendos Acuerdos Secretariales de la SEP 286, 328 Y 357 , expedidos en virtud de haber acreditado los conocimientos conducentes ante dicha dependencia federal-; en realidad, no habría sido constreñido a dimitir a causa de acción alguna emprendida por un servidor o por el colectivo “Doscientos Libres” como generosamente lo destaca el boletín de prensa referido.
La situación de escándalo en el que se empantanó, coincidió con el escándalo de las pruebas recabadas por la fiscalía de distrito sur de Nueva York en contra de Genaro García Luna, en cuyo “estado mayor” figuró en su momento Facundo Rosas Rosas, protegido del abogado Flota; quién, dicho sea de paso , se desempeñaría como litigante a falta de títulos y cédulas en las juntas de conciliación y arbitraje de la capital del país , hasta lograr la atención de Carlos Abascal Carranza cuando éste era titular de la Secretaría del Trabajo, por las mismas fechas, precisamente, en las que Reyes Tamez como titular de la SEP expidiera los acuerdos secretariales previamente reseñados.
Coincidiría , asimismo con el brutal asesinato de dos sacerdotes integrantes de la “compañía de Jesús” y de un guía de turistas que aconteciera en la parroquia de Cerocahui, cercana a la “Misión de San Ignacio” en Creel, y en las inmediaciones del Lago Arereko y las Cascadas de Basaseachi; ante lo cual, difícilmente resultaría coherente para “La Compañía de Jesús”, encabezar una protesta por demás legítima, en tanto que preserva al frente de un colegio de antigüedad sesquicentenaria a un perfil tan discordante con la de víctimas inocentes.
Por lo demás, al unísono de que circulara la noticia de la salida de Flota de la rectoría escolar, circuló un Twitt del director de noticias del rotativo Efecto10 Ricardo Morales Sánchez , escrito en los siguientes términos:
“Trasciende la muerte de una mujer ahogada en la alberca del instituto oriente. Una persona de 70 años de edad, quien sufrió un paro cardíaco.”
En relación a dicha información, que bien podría rememorar un pasaje de la cinta francesa “Las Diabólicas” protagonizada por Siomne Signoret, nada ha sido dilucidado en lo absoluto, ni su veracidad, ni, dado el caso, las circunstancias que le rodean, deja de manifiesto, no obstante, que empieza cobrar cuerpo la sospecha de que, en las instalaciones de un antiguo colegio se hallaba algo que, como en la Dinamarca de Hamlet, pareciera estar podrido.
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