Elba Dabed Catalán. La magia de los besos

ELBA DABED CATALÁN nació en Illapel IV Región Chile. Ha participado en 17 antologías, tanto nacionales como internacionales. Tiene dos poemarios: Razón de Vivir, Capullos el Alma y un libro de cuento para niños con valores Aquí estoy Yo. Resulta premiada tanto en Chile como el reconocimiento en el extranjero. Embajadora de la cultura en “Chile País de Poetas” y “Re-Encuentro con la Copla Española Mosaico Literario” de la República del Uruguay. Jurado en concursos internacionales de literatura. Actualmente participa de encuentro literarios virtuales internacionales, con ponencias y declamación de poemas.

 

La magia de los besos

 

Hay silencios bajos el cielo infinito

bajo la magia del tiempo sin medida

el corazón latiendo encendido

con mi cuerpo trémulo sin huida

me besas con tu mirada perdida.

 

Con tus manos me anidas

con candoroso embeleso

me entrelazas con tus besos

con tu cuerpo me intimidas

mi alma desnuda se siente mecida

ansío tu miel y el néctar de tus labios.

 

Ambrosía que ansío beber

de la comisura de tu boca,

saciar mi sed y mis ansias locas

si en cada beso mi boca colorida

néctar con el que yo brindaré en mi copa.

 

Bésame con tu miel… bésame,

para gritar nuestro amor, que me provoca

con la pasión que hoy está viva

bésame… bésame que hoy me siento querida

con esa melodía de tu boca.

 

Esencia Hijos…

 

Ahora soy árbol añoso, ya llegó mi tiempo…

quiero mi ahora, en la recta de mi sendero,

disfrutar cada noche los cielos estrellados

ver la luz de la aurora en cada amanecer,

saciar mis sentidos y mis deseos.

 

No quiero lidiar con egos, ni melindres humanas

que se envanezcan con triunfos

quiero miradas transparentes,

tomar las manos amigas

sentir en un abrazo el latido,

del corazón de mi gente.

 

Quiero vivir la sonata de mi alma,

en el sublime reino del silencio

en mi esencia divina

que tiene tanto que decirme.

en el tímido sol invernal de mi tiempo.

 

Hijos…

Anidé en vuestro ser mi esencia.

Habitaré por siempre vuestras vidas

aticemos hoy las brasas del amor

para que no sean frágiles huellas en la arena

si no regalos y latidos de ternura.

 

En los serenos días de mi ocaso

si la sinfonía de la vida se silencia

no quiero que pierdan la sonrisa

quiero partir sin ataduras y vestir

de minerales mi nueva vestidura.