- Aproximadamente, uno de cada ocho hombres será diagnosticado con cáncer de próstata en el transcurso de su vida.
- El antígeno prostático específico y el tacto rectal de la próstata son estudios que se deben hacer para la detección temprana del cáncer de próstata.
- La prostatectomía radical asistida por el robot Da Vinci es una de las cirugías que proporcionan mayor precisión y menores riesgos para la curación del cáncer de próstata.
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El cáncer de próstata es el tumor maligno más frecuente en los hombres mayores a los 50 años, y es la segunda causa de muerte por tumores malignos en hombres mayores a 65 años. La Sociedad Americana de Cáncer señala que, aproximadamente, uno de cada ocho hombres será diagnosticado con cáncer de próstata a lo largo de su vida. De acuerdo con el Dr. Aaron Torres, urólogo-oncólogo experto en cirugía robótica del Centro Médico ABC, 13 hombres de cada 100, 000 serán diagnosticados con cáncer de próstata en México. El 35% se detectarán en etapas aún curables, pero el 65% lo harán cuando el tumor se encuentra ya avanzado.
Es conveniente diferenciar el cáncer de próstata del crecimiento benigno de la próstata, el cual puede presentar algunos síntomas como orinar frecuentemente con un chorro delgado, urgencia, etc., mientras que el cáncer de próstata no manifiesta síntomas en sus etapas iniciales, y es precisamente cuando es curable, por eso es tan importante revisarse mientras no se presentan síntomas.
El cáncer de próstata cuenta con factores de riesgo tales como antecedentes familiares. Los varones cuyo padre o hermano tuvieron esta enfermedad; o los de raza afroamericana, o bien, aquellos que cursan con enfermedades que causan elevación de la testosterona, son más susceptibles de desarrollar esta enfermedad. Mientras que en los factores de riesgo modificables se encuentra el sedentarismo, la obesidad o una dieta rica en grasas saturadas.
Uno de los principales problemas de este tipo de cáncer, indica el Dr. Torres García, es el diagnóstico tardío ya que al inicio no hay síntomas, y para su detección precoz es necesario realizar tanto la prueba del antígeno prostático específico como la exploración de la próstata (tacto rectal), procedimiento al cual muchos varones son renuentes.
Es importante realizar ambos exámenes médicos a partir de los 45 años una vez al año, en caso de no contar con antecedentes. En hombres con riesgo alto es importante llevarlos a cabo a partir de los 40 años.
La recomendación de realizarse ambos exámenes se debe a que aun a pesar de tener el antígeno prostático específico normal, el 30% tendrán cáncer de próstata, y es que, de tratarse de un cáncer agresivo, es muy probable que no altere el antígeno. Es decir, si una persona se hace el test de antígeno prostático específico y el resultado sale normal, la posibilidad de no tener esta enfermedad es solamente del 62%. Mientras que realizar exclusivamente el examen de tacto rectal, la posibilidad de no tener cáncer de próstata llega al 58%.
Pero al realizar ambos exámenes médicos y obtener resultados normales, la posibilidad de no tener cáncer de próstata se eleva al 95%, de igual manera, en caso de tener algún tumor se eleva la detección de este.
El Dr. Torres García menciona que por los detalles anatómicos, es muy complejo realizar la autoexploración por lo que hay que acudir a un urólogo quien debe realizar ambos estudios ya que, cuando se detecta un antígeno elevado o alguna anormalidad al momento de tocar la próstata, el experto debe realizar una resonancia magnética nuclear multiparamétrica con gadolinio, material de contraste que se propaga dentro de la próstata y, con los aparatos de resonancia magnética se comprobará la existencia de lesiones y, en su caso, si son benignas, sospechosas o claramente malignas. En cuyo caso se hará una biopsia de la zona, si resulta con cáncer se analizará qué tan agresiva es la célula, a la par que se realizan otros estudios para saber hasta dónde se ha propagado el cáncer.
Si el cáncer no ha salido de la próstata es potencialmente curable, la forma de tratarlo es con cirugía o radiación; existen otras alternativas como la braquiterapia; la crioterapia y la radiofrecuencia, sin embargo, estos últimos procedimientos tienen altas tasas de recurrencia y efectos colaterales.
La cirugía y la radiación externa son las mejores alternativas para tratar el cáncer localizado de próstata, el departamento de cirugía robótica del Centro Médico ABC cuenta con el robot da Vinci que permite efectuar una cirugía en forma segura. Tras la cirugía, el paciente se recupera de una manera rápida, sin dolor ni sangrado, logrando regresar a casa en un par de días.
“Esta es una de las mejores formas de tratar cáncer de próstata en el mundo, a diferencia de la cirugía abierta, que lleva una recuperación tres o cuatro veces más larga; con el robot se reducen costos porque requiere menos días de hospitalización, pocas transfusiones, menor uso de analgésicos para el dolor, pronta recuperación y reintegración al trabajo”, menciona el Dr. Torres, titular del curso de especialidad de urología en el Centro Médico ABC.
La cirugía robótica cuenta con diferentes ventajas sobre la cirugía abierta, debido a que esta última tiene una alta posibilidad de dañar los nervios que permiten la erección, mientras que la cirugía robótica cuenta con cuatro veces menos posibilidades de generar este efecto secundario. También en la cirugía abierta se corre el riesgo de dañar el esfínter y que el paciente pueda sufrir incontinencia permanente.
En los casos de cáncer de próstata avanzado, la cirugía robótica también puede ser una alternativa en conjunto con otros procedimientos como radiación o medicamentos y que, si bien, ya no es una enfermedad curable, la remoción de la próstata puede ayudar a que el paciente pueda llegar a vivir más años. En caso de que ya exista metástasis, son muy pocas y dependiendo del caso en especial, se puede quitar la próstata para ayudar al control del tumor con fines paliativos.
Finalmente, el Dr. Torres García menciona que tener cáncer de próstata ya no es el gran problema que solía ser pues puede ser curable, siempre que se detecte a tiempo mediante el examen de antígeno prostático específico y el examen de tacto rectal.