Jorge Marcelino Alejo
Arrecia la ola de violencia, asesinatos, extorsiones -de las que no escapa el Clero- y para colmo, el dinero no alcanza para el diario sustento por efectos inflacionarios.
Al Presidente López Obrador le cuestionan por enésima vez que su estrategia contra la delincuencia de “abrazos, no balazos” no sirve para detener al “monstruo” que anda suelto por el país dejando muerte y desolación.
Pero se advierten salidas.
Una de ellas es la cuantiosa inversión que parece concretarse tras las reuniones efectuadas en la Embajada de los Estados Unidos, con empresarios estadounidenses y mexicanos de la rama de la construcción. Esa inversión se canalizaría a entidades del Sur y Sureste del país, para la creación de mayor infraestructura.
En esas reuniones, que son seguimiento al encuentro que semanas atrás tuvo el presidente AMLO con empresarios estadounidenses, participaron Stephen Alley Ministro Consejero para Asuntos Comerciales de la Embajada de Estados Unidos, y Francisco Cervantes presidente del Consejo Coordinador Empresarial.
Éste líder empresarial estimó que uniendo este paquete de inversión, con los dos que se presentaron en 2020, se concentrarían 61 proyectos por más de 487 mil millones de pesos.
O sea, hay dinero.
Stephen Allen refirió que el interés de empresarios estadounidenses es en el Corredor Interoceánico del Istmo de Tehuantepec, para invertir en ferrocarriles, puertos, aeropuertos, transporte y obras hídricas.
El funcionario de la embajada también subrayó que invertir para crear infraestructura, es hacer frente también al desafío de la inmigración proveniente de países centroamericanos.
Su señalamiento resulta positivo, porque coincide con las políticas económicas sobre migración trazadas por el Gobierno de la Cuarta Transformación. De modo que ambas políticas tienen el mismo propósito. Y también, armonizan con la 4T que pretende crear nuevos polos de desarrollo económico al Sureste mexicano con escuelas, hospitales, industrias, universidades y más.
Si por ese lado va la inversión, por qué no aplicarla para combatir al “monstruo” de la violencia y delincuencia.
Que se abran las puertas a nuevos capitales, ellos marcarán nuevos horizontes en materia de infraestructura, darán ocupación a la mano de obra desempleada y abrirán oportunidades para crear empleo bien pagado.
Si con ese casi medio billón de pesos, se beneficia a una decena de estados al Sur y Sureste del país -Puebla incluida- se combatirá al desempleo, la violencia, las masacres y la cadena de crímenes que azoran al país por el apogeo del narcotráfico, huachicol y delincuencia.
Si con esa inversión se mueven tabiques, cemento, cal, varilla, grava, arena y empleos, el país se reencausará al desarrollo económico, y en consecuencia, obligará al cambio de esa estrategia equivocada contra la delincuencia de “abrazos, no balazos”.
M E M O R A N D U M
EXTORSIÓN
El Obispo de Guadalajara José Francisco Robles Ortega, denunció que para celebrar las fiestas patronales de sus pueblos, los párrocos tienen que pedir permiso al jefe de plaza del crimen organizado, y si les da la autorización, deberán entregar el 50% de lo recaudado.
Si el clero es víctima de la extorsión y el cobro de piso –además de que asesinan a sus presbíteros- qué puede esperar el transporte urbano en Puebla, cuando se lamenta de que extorsionan a sus unidades por cruzar calles del Centro Histórico.
Lo que ocurre es simple. Crece el delito de la extorsión, del que tanto se quejan los empresarios que tras amenazas de muerte, son sometidos a pagar piso en comercios, despachos, consultorios, mini negocios, pequeñas y medianas empresas, etc, etc.
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