Durante 90 años, nada dijeron y ahora todo les parece mal

P U L S O    P O L I T I C O

Gabriel Sánchez Andraca

 

            La oposición al gobierno “morenista”, federal y local, suena demasiado simplista e ilógica: dicen que no puede haber verdadera democracia, si el partido del gobierno, “Morena” sigue teniendo la mayoría en el Congreso Federal, en el Senado y en la mayor parte de los Congresos locales.

            Durante décadas el gobierno mexicano estuvo en manos de un solo partido, el PRI, que gobernaba desde la más pobre junta auxiliar, hasta la Presidencia de la República, pasando por los gobernadores de todos los estados, por todos los congresos locales y por todos los más de 2 mil ayuntamientos existentes. ¿Y en todos los años que esto ocurría, a alguien se le ocurrió protestar? Sí. Hubo partidos, movimientos cívicos, etc., que se oponían a lo que llamaban dictadura de un solo partido y de un presidente que era comparado con un monarca todopoderosos, que hacía lo que se le venía en gana y en forma autoritaria ordenaba a los poderes Legislativo y Judicial, lo que debían hacer y lo que no debían hacer, pese a ser poderes independientes y soberanos, y lo mismo hacía con lo gobernadores que dependían de él como sus más fieles empleados.

            El PAN, un partido conservador, en sus primeros 30 años fue un opositor leal, con dirigentes muy capaces, abogados brillantes, pero su ideología conservadora o francamente derechista, nunca fue atractiva para el pueblo, ya formado en las escuelas públicas creadas por los gobiernos priístas y por eso no pudo ser siquiera un partido con presencia nacional, pues en varios estados del norte y del sur del país, ni siquiera tenía comités estatales.

            Otra agrupación derechista, la Unión Nacional Sinarquista, tuvo mayor éxito que Acción Nacional, sobre todo en los estados del Bajío (Guanajuato, Jalisco, Querétaro, Michoacán, Aguascalientes y otros, en los que en los años veinte se había registrado un levantamiento armado de grupos religiosos católicos, llamado “La Guerra Cristera”. Este movimiento tuvo mártires, ahora muchos de ellos convertidos en santos, en su mayor parte jalicienses y guanajuatenses, pero tampoco tuvo presencia en los estados del norte y del sur, precisamente por su ideología conservadora.

             Candidatos a la Presidencia de la República fuertes, nunca fueron conservadores, sino surgidos del mismo movimiento revolucionario que dio surgimiento al PRI: Juan Andrew Almazán; Ezequiel Padilla y Miguel Enriquez Guzmán, los más importantes.

             Fue hasta las elecciones de los años cincuenta, cuando el PRI lanzó a don Adolfo Ruiz Cortines, cuando Acción Nacional lanzó a su primer candidato a la presidencia, el abogado jaliciense, importante líder católico en su estado, Efraín González Luna. Curiosamente también el Partido Popular, creado por el brillante intelectual poblano (originario de Teziutlán) Vicente Lombardo Toledano, surgió como candidato de su propio partido y tuvieron candidatos el PARM y otras pequeñas agrupaciones partidistas. La verdadera lucha fue entre el candidato priísta y Enriquez Guzmán, que representaba a fuerzas revolucionarias con diferencias con el PRI.

              Después de la matanza de Tlaltelolco, tiempos de Díaz Ordaz, empezó el debilitamiento del PRI, que recibió la puntilla cuando llegó al poder el grupo de Carlos Salinas de Gortari, que inició el desmantelamiento del partido de la revolución, cambiando en lo oscurito, sus principios, su programa de acción y su política social, algo que molestó a los mismos priístas que consideraron eso como una traición.

            Cuando los priístas se revelaron, en una Asamblea Nacional, en tiempos de Zedillo, el grupo en el poder, decidió entregar la presidencia al que fue aliado permanente del salinismo, el PAN. El candidato de éste partido, fue Vicente Fox Quezada, hijo de un gringo y de una española, que cuando un reportero siendo candidato, le interrogó sobre sus lecturas preferidas dijo: “Todos los libros que hablan sobre el movimiento cristero”.        

             Había ofrecido al clero católico mexicano, entregarles el manejo de la educación y el día de su toma de posesión fue temprano a la Basílica de Guadalupe a oir misa y luego de asumir el poder, en el auditorio nacional, una de sus hijas le entregó un crucifijo en medio del atronador aplauso de los asistentes, personas de clase media acomodada. No pudo entregar la educación al clero y tuvo que mantener el laicismo en el gobierno, pese a sus intentos y a sus primeros actos públicos como mandatario de la nación y en las elecciones intermedias, perdió 50 curules perdiendo el PAN su mayoría en el Congeso. Pero fue por decisión de los votantes, como ahora “Morena” controla la Cámara de Diputados y el Senado y si ese partido, que todavía no le es, se recompone, seguramente volverá a ser mayoría.

              FELICITAMOS A LOS TRABAJADORES de la Volkswagen. La empresa alemana, dio un reconocimiento a su plata de Puebla, como la mejor organizada y más productiva de sus 290 plantas establecidas en diferentes partes del mundo. El segundo lugar fue para una planta de Alemania y el tercer lugar, para una planta de Brasil. EL ARZOBISPO DE PUEBLA, don Víctor Sánchez Espinosa, anunció ayer la reapertura de las iglesias guardando las especificaciones que le dieron las autoridades sanitarias. Esta apertura será poco a poco, de acuerdo a las circunstancias que vayan prevaleciendo y pide a las personas de la tercera edad, no asistir para no exponerse a algún contagio.