BRUNO MERINO VELÁZQUEZ
Oaxaca, México
La noche te regaló un trozo de piel
hoy te salvó
mañana no correrás tan rápido.
Salías tras de un animal
estuviste cortando tu vida,
son segundos para que se enlute
lo que el edén hurtará.
Ya el límite llegó
nos ha faltado oxígeno
fue un impulso por salvarlo.
Corrí por las calles oscuras
anhelando que estuvieras bien.
desmoronados,
regresamos juntos.
CUANDO LLEGUES TOCA LAS CENIZAS DE MI PUERTA
Cuando llegues toca las cenizas de mi puerta,
que encima la luna se encontrará postrada sobre sombras
que la atraviesan con un rastro de plumas.
Y al amanecer una estrella es apedreada por la sangre que apacigua la mañana,
en aguas diáfanas, que vagan por una suave y umbría balada,
de dos amantes que vuelan en gotas.
ÉSE ERA YO
Ése era yo,
en ese espacio delirante
disimulando que nadie me conoce,
mientras las fantasías son demasiadas
ése era yo,
esperándote hace algunas semanas,
el cielo embriagado de recuerdos piel
sabía que estaba cometiendo un error
sabía que nunca ibas a volver.
Me quedo sentado
intentando pensar,
aunque hay veces,
el pensamiento
desata la cólera
sángrate del maniquí arrumbado.
NUESTROS CUERPOS
La nube entre nuestros cuerpos
está a una distancia temporal
rodeada de un mar deslocalizado
que por nuestra atracción
me dio temporalmente el pretexto
y se lo di a tu cuerpo
que nos condujo a recibir el dilatado mar.