Jorge Marcelino Alejo
De acercarse más al 8 % el proceso inflacionario, que llegó al 7.45 % en la última semana, y con la cercanía de campañas políticas que se caracterizan por el derroche de recursos económicos, se complicará la sobrevivencia en que se encuentran las micro, pequeñas y medianas empresas.
Veamos, Si la torta llegó a los tres pesos y la tortilla alcanzó los 18, el ajuste de precios en insumos simplemente se va dando en más aumentos.
Su efecto no varía. Se deja sentir cuando se incrementa el precio de los combustibles, que no es otro más que mayor inflación, que en este momento parece incontrolable.
Claro, ahora no se tiene la presión del aumento en el precio de las gasolinas, porque el Gobierno Federal le mantiene el subsidio, y no es problema en tanto en cuanto no se revierta, pero es innegable que su alto costo afecta los ingresos a las finanzas públicas.
Para mayor presión inflacionaria, la industria especialmente en la rama de la transformación, resiente también el incremento en costos de materias primas que no le permiten mantener sus ritmos de producción. Por el encarecimiento de cartón, resinas, plástico y acero, entre otras, que se da en porcentajes del 15, 25 y hasta el 40 %, corren el riesgo de que pudieran parar su actividad.
En estas circunstancias, el gobierno en sus distintos niveles, ya debía concertar acciones y programas con la planta empresarial, a fin de soportar la disminución de efectos inflacionarios, antes de que surjan más complicaciones que obligarían al control de precios especialmente en productos primarios. De hecho se trataría de evitar repercusiones que lesionen a más sectores de la economía.
Pero si el Gobierno Federal no quiere ni dialogar con los ambientalistas, se tienen dudas de que quisiera hacerlo con los representantes de las empresas, que al final de cuentas, son las que trabajan y mantienen la producción y el empleo, bastante deteriorados por la pandemia.
La urgencia entonces, es procurar el control del efecto inflacionario.
Y ello quiere decir que no se le deje transitar hasta que llegue al 3 % a la mitad del 2023, como advierte Victoria Rodríguez Ceja gobernadora del Banco de México.
Haga cuentas, carísimo lector, cómo sería la escabrosa convivencia que tendría una alta inflación con las campañas políticas, que acostumbran el despilfarro de recursos económicos.
En principio, no les iría nada bien a los aspirantes a puestos de elección, pues mientras las familias no aseguren ingresos para sus alimentos, el renglón político electoral seguirá pasando a segundos términos.
M E M O R A N D U M
RECAUDACIÓN
Si el Servicio de Administración Tributaria –SAT- destaca que se tienen un total de 11 mil 28 empresas grandes, vale decir que están en la mira para incrementar la recaudación fiscal.
Por ello el Centro de Estudios Económicos del Sector Privado –CEESP- de la ciudad de México, tronó por la intimidación y amenazas con que se pretende que dichos contribuyentes cumplan sus obligaciones fiscales. Afirma que por las reformas promovidas por la 4T y aprobadas por sus fracciones partidistas, las autoridades fiscales actúan en forma intimidatoria.
Bueno, ya que el CEESP dio muestras de vida, su símil en Puebla -dependiente del Consejo Coordinador Empresarial- debía mostrar cómo se comporta la recaudación fiscal.
REFORMAS
Seguro por la no aprobación de la Reforma Eléctrica, partidos políticos opositores a MORENA, le sugieren al presidente AMLO que no pierda tiempo con más iniciativas de Reformas. No hay consenso para esas cosas.
¿Quién doblará a quién?
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