Gabriel Sánchez Andraca
Le comentamos ayer, que los empresarios agrupados en las organizaciones más poderosas de México, se habían apresurado a felicitar a los diputados de la alianza “Va por México, que dirige el PAN y de la que forma parte el en otro tiempo poderoso PRI, lo que ponía en evidencia la dependencia de los partidos mencionados de los organismos empresariales nacionales y extranjeros.
Ayer supimos de buena fuente, que la felicitación empresarial fue de dientes “pa fuera” como se dice popularmente, porque la realidad es que quedaron inconformes, ya que lo que los grupos empresariales querían, era una negociación con Morena y sus aliados, para que se respetaran sus contratos, cediendo incluso en parte, porque se sentían amenazados de perderlos totalmente.
Pero se cruzaron con intereses personales de los principales negociadores del PRI; “Alito” dirigente de ese partido quería vengarse de la gobernadora de su estado, Campeche, Layda Sansores, que lo acusó de enriquecimiento ilícito y de evasión de pago de impuestos y de Rubén Moreira, que quería negociar el triunfo de su esposa, Carolina Veggiano, que es candidata de la alianza PRI, PAN, PRD, por la gubernatura de Hidalgo. Rubén Moreira, es el coordinador de la bancada del PRI en el Congreso federal.
El PAN, como lo que es, un partido conservador o derechista, que está siempre al servicio de la empresa privada y apoya totalmente los intereses de negociantes extranjeros, aun cuando estos adopten conductas inconvenientes para la economía nacional, votó como debía de votar, sin tener en cuenta con claridad, lo que los empresarios realmente querían.
AHORA LOS EMPRESARIOS MEXICANOS Y EXTRANJEROS con convenios firmados, con el anterior gobierno de la república, se sienten tan inseguros como antes y aun más amenazados, pues en las discusiones del proyecto, hubo insultos, incluso contra el presidente, que hicieron que los ánimos se caldearan al máximo y que los morenistas y sus aliados, salieran enojados sin posibilidad de reconcialización.
A los dirigentes de los partidos que conforman la Alianza “Va por México” les pareció más importante para sus fines, demostrar su poder al gobierno, que no alcanzaba el número de votos para aprobar una ley de reforma eléctrica, que cumplirles a los empresarios, aunque éstos hubieran soltado “moches”. Y así quedaron mal con todos, con el pueblo y con los empresarios: con el primero quedaron como apátridas y con los segundos, como torpes.
NUESTRA DEPENDENCIA ALIMENTARIA HA AUMENTADO en los dos últimos años, al crecer nuestras importaciones de maíz, frijol, arroz y otros productos indispensables de la canasta básica del mexicano, en un 40 por ciento, con todo lo que ello significa.
La independencia alimentaria se perdió en los gobiernos neoliberales que decidieron no apoyar a la agricultura nacional, por considerar que tenía un bajo rendimiento en granos y que era mejor comprarlos con dinero obtenido por los ingresos del petróleo y así dejó de subsidiarse el cultivo del maíz, del frijol, del trigo, etc.
Todavía en la presidencia de José López Portillo, hubo una cruzada nacional para producir el maíz que necesitábamos para cubrir las necesidades de la población y consecuentemente impulsar también el cultivo del frijol.
En los tiempos de Salinas de Gortari, se retiró el apoyo técnico al campo. Si los agricultores y ganaderos querían tener asesoría técnica, deberían pagarla ellos. Y los ingenieros agrónomos y los médicos veterinarios, fueron cesados de golpe, habiendo quedado desempleados hasta la fecha. Ambas, la agronomía y la veterinaria, eran carreras de Estado y dejaron de serlo y lógicamente la agricultura extensiva se desplomó, con las consecuencias que eran de esperarse: el empobrecimiento de los campesinos, su salida masiva a los Estados Unidos en busca de trabajo y el abandono del campo mexicano.
Las grandes ciudades mexicanas, entre ellas Puebla, empezaron a recibir a miles de campesinos pobres en busca de trabajo y se empleaban como ayudantes de albañilería, para servicios de limpieza, en fin para lo que fuera y así Puebla llegó a ser, en los tiempos del primer gobierno panista de la entidad, la ciudad (de las grandes ciudades de nuestro país) con mayor número de pobres, según la Conapo y así también el Estado de Puebla, pese a las grandes industrias instaladas en la capital o en sus cercanías, desplazó a Oaxaca, como parte de las tres entidades más pobres del país, Oaxaca, Guerrero y Chiapas, según el INEGI.
Por la guerra en Ucrania y por la pandemia de covid-19. Se han encarecido los insumos para la actividad agrícola y eso constituye una amenaza para el mundo, según el Banco Mundial. Debemos estar preparados.
HAY UNA ZONA DE PUEBLA, QUE PESE A SU ancestral pobreza, ha recibido poca atención de los gobiernos federal y locales, se llama la Sierra Negra y forma parte de la región de Tehuacán. Ayer el gobernador Miguel Barbosa Huerta, hizo entrega de un paquete de obras que contribuirán a mejorar el nivel de vida de 19 municipios de la región, con 353 mil habitantes.
El paquete, que en total requirió una inversión de 300 millones de pesos, consiste en la reconstrucción de la carretera de Coxcatlán-El Tepeyac, de 69 kilómetros, la construcción y mejoramiento de caminos de zonas aledañas, se han pavimentado calles de la mayoría de los pueblos, se han construido y ampliado centros de salud para mejorar el servicio y se han recatado espacios deportivos y culturales. Entre los 19 municipios beneficiados se encuentran: Coxcatlán, Coyomeapan, Zoquitlán, Ajalpan, Eloxotitlán y otros.