Hay mucha diferencia entre lo que realmente pasó en la consulta por la revocación de mandato y lo que efectivamente reflejan las cifras basadas en datos oficiales y en las estimaciones más precisas.
Como siempre, López Obrador cuenta una historia que no se sostiene, pero la oposición tampoco ha logrado construir otra narrativa.
Veamos algunas cifras.
El presidente López Obrador obtuvo 30.1 millones de votos en las elecciones de 2018; en las de 2021 fueron 20.9 millones de votos para Morena y sus aliados. Y en el proceso de revocación del domingo pasado fueron 15.1 millones de sufragios.
Algunos leen esta estadística como una evidente erosión del respaldo popular al presidente de la República. Claro que hay desgaste y muchas personas que lo respaldaban en 2018 hoy ya no lo hacen. Pero, la oposición se va a equivocar complemente si piensa que esto es el acabose y que AMLO se va a hundir. Las cifras no lo sustentan.
De acuerdo a encuestas de salida hechas ese mismo día, 43 por ciento de los que asistieron a las urnas el fin de semana no tienen identificación partidista y sin embargo, mayoritariamente respaldaron la continuidad en el cargo del presidente López Obrador. El presidente y lo que él representa siguen teniendo una base de apoyo formidable incluso entre los que no son de su partido.
Ciertamente, existe un evidente efecto de clientela pues 58 por ciento de los que asistieron a las urnas es beneficiario directo o indirecto (por la vía de algún familiar) de los programas sociales de la actual administración. Ello también se corrobora observando que 47 por ciento de quienes acudieron a votar tienen más de 50 años, cuando este segmento demográfico representa solo 33 por ciento del total del padrón y es justamente el que más ha sido beneficiado por programas sociales.
Los estados del sur de la República fueron los que más aportaron relativamente al proceso de consulta. Tabasco fue el de mayor participación relativa con 35.9 por ciento, Chiapas tuvo 32.1 por ciento, Veracruz y Campeche 26.9 por ciento cada uno, y Guerrero 24.4 por ciento. Puebla se mantuvo en un 19 por ciento.
El Estado de México, la entidad con el padrón más numeroso, tuvo una participación por abajo del promedio nacional, con 16 por ciento. Si se contrastan los números absolutos, en 2021 votaron por Morena y sus aliados 2.86 millones de personas. En la votación del domingo, quienes respaldaron la continuidad del presidente fueron 1.75 millones. A nivel nacional, la votación a favor del presidente representó 72 por ciento de la de 2021 por Morena y aliados; en el Estado de México representó solo 61 por ciento, lo que significa un foco rojo para Morena.
Lo que respecta a la Ciudad de México, la tasa de participación estuvo 2 puntos por arriba del promedio nacional y llegó a 19.7 por ciento. En 2021 votaron a favor de Morena y aliados 1.75 millones de personas. En la consulta fueron 1.33 millones de personas, lo que representa 76 por ciento del total emitido en 2021. Es decir, se logró detener la debacle de 2021, pero las luces amarillas siguen encendidas para Morena en la capital.
Es natural que cada fuerza política va a hacer los comparativos de los resultados según su conveniencia y ya se cuentan historias contrapuestas.
AMLO y Morena están señalando que si no hubiera existido el ‘sabotaje’ del INE, la participación hubiera sido más elevada. La oposición está subrayando la caída en la votación favorable a AMLO respecto a 2018 o incluso 2021.
Ambas interpretaciones son ciertas. La clave son las acciones que se desencadenan a partir de esos resultados.
Si la oposición piensa que puede ‘echarse en la hamaca’ porque López Obrador se va a hundir solo a partir de la falta de resultados positivos de su gobierno, será un suicidio.
Si AMLO y Morena se lanzan a la autocomplacencia a partir de que consiguieron mejores resultados respecto a lo que muchos de sus críticos esperaban, será el primer paso para perder en 2024.
Las próximas semanas serán críticas para el futuro.