Antonio Augusto González Cruz. La misión del desencantado

 

Antonio Augusto González Cruz. La misión del desencantado. Dentro del Taller de Narrativa Creativa, dirigido por Miguel Barroso Hernández, destacan los cuentos de Antonio Augusto González Cruz. Y es que escribir resulta liberador y, en ocasiones, la palabra puede llegar a abrazar los sueños. Tony es de los que saben combinar muy bien la realidad, con la fantasía; consiguiendo cierta credibilidad, dentro de un mundo de ficción que, al mismo tiempo, nos invita a desentrañar realidades.

A continuación, exponemos uno de sus textos:

 

La misión del desencantado

 

¡Lo vi todo!: desde que asomó su cabeza, en el décimo piso, hasta el instante en que se reventara sobre el pavimento; abandonando una vida que, finalmente, valía la pena…

¡Sólo yo podía entenderlo!: sus lágrimas cayendo antes que él, la desesperación y el arrepentimiento en el último segundo.

De entre la multitud que lo rodeaba -unos petrificados, otros ahogando gritos de espanto y aquellos morbosos que comenzaban a inventarse historias- sólo yo sabía la verdad.

Me miró aterrado. Nadie podía imaginarlo en el fuego de mis ojos.

-No es momento para morir, Teodoro –dije–. Tu alma tiene que permanecer en este mundo. Tu corazón sabe bien lo que, aún, debes hacer.

No esperaba agradecimiento. Troné mis dedos y el tiempo retrocedió. La calle quedó limpia y la gente volvió a su camino sin recordar la tragedia.

Teodoro regresó al minuto exacto en el que decidió suicidarse. Las lágrimas de antes llenaron sus ojos de alegría y yo me alejé del edificio sabiendo que haría lo correcto.

¡Cumplirá! Tan seguro estaba, como los dos cuernos que llevo en la frente.