Mi cuerpo reclama tu piel
soy adicto a ella;
me provoca mil mareas.
A los ojos de la luna
sin tocarte
estrello en las rocas
mis alas.
De espalda sobre la arena
rompo las cadenas.
Cuerpo, casa en todo tiempo.
Soy dueño de la noche,
de tu piel y mis palabras
poco entendibles.
Aves devotas húmedas de espuma.
Mis olas desdibujan tus fronteras y
tus dunas a la intemperie.
Amor encendido, cautivo…
tus entrañas
yacen asidas a mí.
Te dejo mi cuerpo,
juramentos y
mis alas lastimadas por el viento.
Usurpo tu piel, tu nombre, tu voz,
eres río, catarata, ulular de palomas.
Amortiguo tus besos con mis labios
en tierna mansedumbre de las horas.
Espero emerjas del sueño desnuda y
se cumplan fechas marcadas
por los astros.
Despiertas del conjuro de sílabas exactas
y te devoro en caricias entre limo fecundo
rito de amor… placer pletórico.
Canta tu vientre vuelos del alba
de pie, silencioso
la espera no termina
ni la libido en nuestros cuerpos.