El gobernador del Estado, Miguel Barbosa, se ha propuesto una tarea titánica, una que ningún ex gobernador se había atrevido a hacer: conseguir que los 20 centros penitenciarios de Puebla (tres estatales, tres regionales y 14 distritales) tengan orden, se erradique la corrupción y se cumpla a cabalidad la ley en estos centros que no tienen nada de readaptación, en donde se pueden cometer crímenes tan grandes como lo sucedido con el bebé Tadeo, encontrado su cadáver en un contenedor de basura dentro del penal. Es un reto mayúsculo, que muestra mucha decisión, porque, prácticamente, ningún penal del país ha logrado esas condiciones, todos viven en una completa anarquía sin control.
Distinto de otros muchos casos, en éste, luego de las denuncias, han venido las acciones. Y es que, entre los hechos realizados, se relevó a las autoridades encargadas de los Centros de Reinserción Social.
Recordemos que el pasado 14 de enero, el gobernador Miguel Barbosa destituyó a los titulares de la Secretaría de Seguridad Pública (SSP) y de la Dirección de Centros Penitenciarios. El caso del bebé Tadeo detonó la limpia.
En lo que respecta a los funcionarios que fueron cesados, fue una verdadera limpia, de arriba hacia abajo, nadie se salvó. Sin simulaciones. Se fueron todos aquellos sobre quiénes había evidencia de corrupción.
El submundo en el principal penal del Estado, el de San Miguel, ha sido enfrentado de verdad, como nunca.
También está el plan, anunciado en agosto pasado, de construir un nuevo reclusorio en el estado. La estrategia es contundente. No sirvieron los amagos de motín ni las amenazas que vinieron de todas partes.
Tampoco funcionaron los chantajes que los reos que exigían conservar todos sus privilegios, tan graves como la introducción de drogas, quienes enviaron con sus portavoces involuntarios o conscientes.
Muchos de esos presos conflictivos, los que pretendían tener el control de ese mundo sórdido de la corrupción y la criminalidad aun tras las rejas, fueron llevados a otros penales fuera de nuestro Estado.
En total 24 fueron reubicados reos, no solamente de San Miguel, el más importante de los tres penales estatales ha tenido esta purga. También hubo limpia en Tepexi de Rodríguez donde hubo traslados.
De ahí fue llevado Eukid Castañeda, quien fuera el ex operador estrella del morenovallismo, a un penal de máxima seguridad en el estado de Durango, una de las cárceles más crueles y violentas del país.
Sobre él, en las últimas semanas se habían desatado rumores falsos que incluso hablaban de una fuga. Flaco favor le hicieron a Eukid sus “abogados” -si es que realmente así fue- que se citaron en las notas de la “fuga del siglo”. Grave daño le hicieron sus “amigos” de los diferentes medios de comunicación que lo ventanearon, aparentemente para presionar a las autoridades estatales. Pero no lograron su cometido.
Aquellos que dijeron que tenía privilegios. Que se escapaba de fin de semana, para cenar con su familia. A ellos les debe el favorcito.
Si la intención era golpear al gobierno del estado, lo único que consiguieron fue golpear a su amigo. Ahora está en una cárcel oscura. Un verdadero infierno, como todos los centros federales del país.
La cárcel de Tepexi de Rodríguez, en la cálida Mixteca, parecerá un jardín de niños, al lado del Centro Federal de Readaptación Social número 14 ubicado en Durango.
La limpia va en serio. No será fácil. Pero la decisión es firme. Y debe enfrentarse con valentía.