A mi padre
Plegado en la memoria
va mi pensamiento,
la figura frágil, aparentemente pequeña
del hombre que me diese
la entrada a este interrogante y perturba le mundo.
Construyendo constelaciones, esperanzas de progreso,
dirigiendo su mirada a su máquina de escribir,
golpeando sus teclas, consultar los libros de la biblioteca, más de 10 libreros.
Atisbos de cultura
abre mis ventanas
al pensamiento.
Se empequeñece mi apellido, ante su talante y recuerdo
despertó el faro, mi conciencia.
Fijé la vista en horizontes
hice objetivas mis metas.
Aprendí a cultivar mi
espíritu
no he cargado mis años
las experiencias sirvieron
traté que mis errores no fuesen victorias pírricas.
Zurcí mis sueños, y los he cumplido.
En tardes he detenido el tiempo con sus palabras,
llegó lejano y tantico en la vejez.
En resplandor perfumado de mis arrugas.
La brisa de los años,
sueltan de golpe el dolor
de su partida.
Navego en el hueco del tiempo,
tu figura padre habita en mis pupilas,
el enigma nos embiste
de recuerdo y muerte
tenaces de ti y mis sueños.
Las heridas punzan al recordar tu nombre.
En la inmensidad del cielo.
Encanecieron mis cabellos.