Jorge Marcelino Alejo
Desde distintos ángulos se señala a Puebla, como uno de los estados más rezagados en obra pública.
Se destaca que le faltan proyectos incluso en la mayoría de sus municipios. Hay quejas de que la Federación no es equitativa con Puebla en la distribución de recursos económicos. De aquel proyecto de infraestructura que en 2020 presentaron en forma conjunta el Gobierno Federal y el Sector Empresarial, no le han salpicado nada a Puebla. Y eso que contenía 60 proyectos de infraestructura, con inversión de más de 488 mil millones de pesos. Apenas se habla de un avance del 30 %.
Al final del 2021, dolió enterarnos que para este 2022, el 60 % de 120 integrantes de la Asociación Mexicana de la Industria de la Construcción -AMIC- continuará trabajando en otros estados del país. La razón principal entristece todavía más: en Puebla hay poca obra pública.
Al menos surge un dato interesante en esta situación, en otros estados donde si hay obra pública, hay mayor demanda del trabajo especializado de constructores poblanos.
Francisco Javier Tejeda como presidente de la AMIC en la entidad, apuntó que no les falta trabajo en estados como Veracruz, Tabasco, Guerrero, Chiapas y Oaxaca. En 2021 realizaron obras de infraestructura diversa -carreteras incluidas- por más de 350 millones de pesos, pues varios estados retomaron proyectos de obras suspendidos en el 2020 por la pandemia.
Este panorama nos muestra que Puebla se rezaga en la construcción de infraestructura sanitaria, educativa, habitacional, comercial y otras. Ello nos motiva a decir que este 2022 que iniciamos, puede ser la diferencia en la ejecución de obra pública en la entidad.
La vida y trabajo de los poblanos será mejor con nuevos hospitales, escuelas, carreteras, casas, parques industriales, universidades.
En este momento el Gobierno Federal canaliza grueso fajo de billetes al Sureste del país, con las obras emblemáticas que son el Tren Maya y la Refinería Tres Bocas. Éstas favorecen la creación de mayor infraestructura de toda índole. Ya no es solo anunciar grandes proyectos como aquel Plan Puebla Panamá, que, decían en otros tiempos, generaría colosal infraestructura al Sureste del país.
En este contexto, tenemos presente el optimismo con que se comportó el Gobernador Miguel Barbosa Huerta, en la reunión con periodistas para despedir el 2021. Por lo que no es mucho pedir, que con igual estado de ánimo, le dé impulso a la inversión que propicie esa añorada obra pública, que de darse, pronto se desprendería también la inversión privada.
Puebla no merece otro año más sin la obra pública que necesita.
M E M O R A N D U M
GCM SE CONSOLIDA
Con el incremento de sus ventas de carne de cerdo en el 45 % en medio de la pandemia, y con mantenerse como el principal productor porcino, el mensaje que envía Granjas Carroll de México –GCM- es que las empresas deben adelantarse a las crisis que sufren, para que cuando se presenten, no solo respondan con acierto, sino que superen con creces la adversidad económica.
Dentro de la pandemia, GCM se reestructuró, recuperó y mejoró su rentabilidad de negocio, impulsó más el talento de su capital humano –reconoció a su personal médico que cuidó la salud de su plantilla laboral-; como empresa sustentable, mantuvo su compromiso de cuidar agua, suelo, subsuelo y aire con acciones en sus instalaciones y en comunidades cercanas, entre otros renglones.
De ahí su mayor impulso a la modernización y competitividad.
De ahí también, la calidad en su producción de carne de cerdo y el incremento de sus ventas.
joma61@hotmail.com