Victor de Regil
El año pasado se vivió un proceso inédito en la Máxima Casa de Estudios de Puebla, lo que resultó con el triunfo de la ahora Rectora Lilia Cedillo, quien estará al frente de la BUAP por los próximos 4 años. Lo que ha llamado tan poderosamente la atención es la total concentración en la actividad académica con la que ha comenzado BUAP sus actividades en este 2022, sin conflictos internos, sin distracciones políticas de sus autoridades, que la vida universitaria pareciera haber arrancado discreta, aunque en realidad ha sido con mucha intensidad.
La rectora Lilia Cedillo Ramírez ha reafirmado que su prioridad es la comunidad de la Máxima Casa de Estudios del estado.
La rectora ha avanzado una gestión sin protagonismos y con mesura, donde ha participado como mera invitada en los actos a que los gobiernos estatal y municipal la han convocado. No es, porque lo ha dejado claro, aspirante a aparecer en las boletas, como la mayoría de sus antecesores lo han sido. Eso se ve y se respira en la armonía universitaria.
Incluso, la doctora se ha dado incluso tiempo para hablar, desde su posición como especialista en microbiología, de la pandemia y las previsiones sobre la cuarta ola que ya estamos viviendo en el país.
Consideró en un comunicado oficial que tres factores pueden dar paso a un escenario optimista sobre el actual momento de la pandemia: la vacunación, el registro de menos mutaciones y continuar con los cuidados.
Con su estilo muy cercano para explicarse, convocó a “no bajar la guardia”, porque el virus “no tiene palabra de honor”.
Subrayó que la variante Ómicron es “menos letal que la Delta”, aunque su riesgo está en su capacidad de contagio, pues es de seis a ocho veces más infecciosa que las anteriores variantes presentadas.
Eso, advirtió Cedillo Ramírez, puede elevar el número de enfermos y saturar los hospitales. Son datos que deben tomarse en cuenta.
Recordemos que Lilia Cedillo, además de ser la rectora de la BUAP, es una reconocida doctora en microbiología, sus credenciales la avalan. No ha perdido ni ha descuidado esa esencia de alto nivel de especialista que tiene, al ser también la cabeza administrativa, política y académica de la universidad.
Un ejemplo de lo que se vive en la Universidad, es lo sucedido recién el pasado 7 de enero cuando tomó protesta al nuevo Contralor General, Francisco Tenorio Martínez. Se trató de un relevo bien hecho, sin sobresaltos ni luchas internas, tras la lamentable muerte del antecesor, Héctor Granados Rodríguez.
De igual manera, días antes, el 5 de enero, tomó protesta a Silvia Armenta Zepeda, nueva directora de la Facultad de Cultura Física (Facufi), situación que se dio de la misma manera que con el Contralor.
El próximo 24 de enero, en medio de la que se espera será la cresta de la cuarta ola de COVID, comenzará el regreso gradual a las clases presenciales. Lo harán casi 117 mil estudiantes de los niveles medio superior y superior.
Se trata de un verdadero reto de logística, organización y responsabilidad que los pondrá a prueba, pero, afortunadamente. la institución ha demostrado que está preparada para esta nueva etapa que vivirá la Universidad.
Será el regreso a las aulas con la primera mujer rectora de la historia. Evidentemente no se trata de un tema menor, la BUAP está muy viva. Con actividad intensa y sin distracciones. Pero ahora los titulares de las noticias sobre ella son distintos.
Afortunadamente muy distintos.