Las vacunas y uso correcto del cubrebocas, el mejor escudo contra el SARS-CoV-2

El mejor escudo para reducir enfermedad grave, hospitalización o la muerte por ómicron o por cualquier variante del SARS-CoV-2 es la vacunación; los esquemas completos de vacuna y refuerzos seguirán protegiendo contra esta variante y probablemente contra las que vayan surgiendo, aunque seguramente con menos eficacia.

Es lamentable que a prácticamente 2 años de que el SARS-CoV-2 llegará a México, la gente continúe con indiferencia en utilizar correctamente el cubrebocas, que lo porte en cualquier otro lugar que no sea para cubrir la boca y nariz de forma segura, señaló María del Rosario Baños Lara, catedrática investigadora de la Facultad de Medicina de la UPAEP.

Subrayó que el mejor escudo para reducir enfermedad grave, hospitalización o la muerte por ómicron o por cualquier variante del SARS-CoV-2 es la vacunación; los esquemas completos de vacuna y refuerzos seguirán protegiendo contra esta variante y probablemente contra las que vayan surgiendo, aunque seguramente con menos eficacia.

Baños Lara enfatizó que el cubrebocas, que debe formar parte ya de nuestra indumentaria, es otra herramienta valiosa en la reducción de la dispersión de gotas o aerosoles de saliva entre los individuos; saliva que puede llevar viriones del SARS-CoV-2 u otros patógenos. En este aspecto es importante recordar que los mejores cubrebocas son los formados por tres capas, que deben colocarse sellando bien el área de la nariz y boca y deben cambiarse cuando estén húmedos.

Manifestó que en las redes sociales están circulando diferentes publicaciones que hablan acerca de la eficacia de las mascarillas o cubrebocas con respecto a las diferentes variantes del Covid-19, es importante considerar que hasta el momento no ha salido publicado ningún estudio en el que prueben la eficacia de las mascarillas contra una variante u otra.

Reiteró que los cubrebocas de triple capa funcionan muy bien para evitar la diseminación de gotas de saliva, agregó que si la gente quiere utilizar dos cubrebocas quirúrgicos está bien, pero, “con un cubrebocas triple capa, bien colocado, que tenga buen sellado a la altura de la nariz y boca, está bien, la gente lo debe utilizar correctamente, no llevarlo en la frente, en el cuello o en la papada, ya que aumenta el riesgo de contagiarse por no usarlo correctamente”.

Recomendó que la gente tampoco debe quitarse el cubrebocas cuando está en un lugar conglomerado o vaya por la calle y tenga que hablar por teléfono, porque estará regando gotas de saliva que puedan llevar el virus.

Para conocer más al respecto sobre las variantes del SARS-Cov-2, la Dra. María del Rocío Baños Lara, compartió la siguiente información y recomendó las medidas sanitarias que deben seguir las personas.

Han pasado siete semanas desde que se describió la variante ómicron del SARS-CoV-2; se especulaba que el gran número de  mutaciones presentes en ella pudiera resultar en virus con características diferentes y se temía que pudiera tener efecto en la severidad de la enfermedad [1-3]. Hoy existe ya información científica preliminar que orienta y ayuda a entender la COVID-19 que esta variante causa.   

Un estudio en África que compara las características de la población hospitalizada en la primera ola, con aquellas de los pacientes de la cuarta ola (en la que entre el 81 y el 90% del virus circulante era ómicron), revela que el 66% de los infectados no estaban vacunados, y que en términos generales, la severidad de la enfermedad fue menor en la cuarta ola que en la primera [4].

Hay un par de trabajos (aún no revisados para su publicación), realizados en líneas celulares, y en tejidos tomados de personas, cuyos resultados muestran que ómicron se replica más en células de bronquios y de nariz que en células de pulmón [5, 6]. Si en un contexto de infección, el virus se replicará más en vías superiores, posiblemente tendría una ventaja de transmisión, por estar más inmediato para diseminarse, sin embargo, hay que esperar evidencia más contundente en este aspecto.

En otra investigación también pendiente de ser evaluada para publicarse, se muestra que sueros recuperados de pacientes que se infectaron con el SARS-CoV-2 original, tienen menos actividad neutralizante cuando se retan con ómicron [7]. Esto sugiere que los anticuerpos contra la variante original pudieran ser menos eficaces para proteger de una infección por ómicron. Afortunadamente la respuesta de anticuerpos no es la única con la que nuestro sistema inmunológico cuenta para pelear la infección, la respuesta de células T es también importante; a este respecto, se han hecho estudios para pronosticar qué tan bien funcionarían las células T ante ómicron y las predicciones apuntan a que seguirá habiendo reconocimiento de estas células hacia el virus [8].

Es importante resaltar que los estudios de los que hemos hablado son informativos para entender el comportamiento de ómicron in vitro (con cultivos celulares), ex vivo (con tejido o células tomadas de donantes) o con programas computacionales, pero las investigaciones que muestren contundentemente las características de la infección por ómicron en seres humanos están aún en proceso.

El consorcio mexicano de vigilancia genómica informó que al 10 de enero se han reportado 663 secuencias de la variante ómicron a partir de 13,341 secuencias analizadas, y que se encuentran distribuidas en 19 estados de la República Mexicana.

El reporte anterior (al 3 de enero) mostraba 368 secuencias de ómicron de un total de 12,864, provenientes de 15 estados;  estos datos muestran como ómicron va ganando terreno sobre las otras variantes, incrementándose su presencia del 2.8 al 4.9% en tan solo una semana [9, 10].

Ómicron es una variante del SARS-CoV-2 original, esto significa que presenta piezas de información genética que la hacen ligeramente distinta de la original, pero las variantes son en esencia los mismos virus, y las medidas para evitar contagio y enfermedad grave son prácticamente las mismas.

El mejor escudo para reducir enfermedad grave, hospitalización o la muerte por ómicron o por cualquier variante del SARS-CoV-2 es la vacunación; los esquemas completos de vacuna y refuerzos seguirán protegiendo contra esta variante y probablemente contra las que vayan surgiendo, aunque seguramente con menos eficacia.

El cubrebocas, que debe formar parte ya de nuestra indumentaria, es otra herramienta valiosa en la reducción de la dispersión de gotas o aerosoles de saliva entre los individuos; saliva que puede llevar viriones del SARS-CoV-2 u otros patógenos. En este aspecto es importante recordar que los mejores cubrebocas son los formados por tres capas, que deben colocarse sellando bien el área de la nariz y boca y deben cambiarse cuando estén húmedos.

La distancia física (sana distancia) es también de gran ayuda para evitar que gotas, gotículas o aerosoles de saliva de personas infectadas alcancen otras personas susceptibles de enfermar.

Debemos procurar además la frecuente higiene de manos, preferentemente con agua y jabón, pero si no hay estos elementos disponibles, el uso de alcohol gel es de gran ayuda para evitar contaminar ojos nariz y boca al llevarnos las manos sucias a la cara, hábito que inconscientemente tenemos todo el tiempo.

Evitar conglomeraciones, preferir los espacios abiertos, no saludar de maneras que no impliquen contacto físico y moderar la asistencia a reuniones, también son acciones que disminuyen el riesgo de contagio de ómicron o de cualquier otra variante del SARS-CoV-2.