La acostumbrada usanza de gastar mediante dinero plástico en los fines de años, que les cae de perlas a las empresas del comercio y la prestación de servicios, parece tener una variante en esta ocasión, que podría traer momentos nada agradables al consumidor en los primeros meses del próximo año.
Veamos, resulta que el uso de las tarjetas bancarias según datos del Banco de México, en al menos 20 estados del país –por supuesto incluidos los más poblados- los consumidores están “tarjeteando” para pagar cines, teatros y centros de entretenimiento, pues al 21 de octubre, ya habían pagado más de 570 millones de pesos.
El gasto no para ahí, pues también se están llevando sus decenas de millones los establecimiento de comida rápida, y bueno, hasta los salones de belleza.
La explicación que al efecto destaca Julián Fernández, analista de Bursamétrica, estriba en que desde los días en que se pasó al semáforo verde tras la pandemia del Covid 19, y luego de que se abrieron las actividades como el comercio, la industria y en general se dio un nuevo movimiento económico, se desprendió este consumo que incluso marca indicios de que registrará un mayor crecimiento.
A mayor abundancia, se advierte que el pago con tarjetas bancarias en el esparcimiento, obedece también a que viene siendo un gasto rezagado que ya traía el consumidor durante el confinamiento obligado por la pandemia, y más aún, por las restricciones que se dieron en la aplicación de semáforos epidemiológicos en cada entidad del país.
A todo ello, y antes de que termine noviembre y llegue diciembre, y más porque se deja sentir la tendencia a un mayor consumo en este ramo, sería conveniente que el consumidor se cuestione qué tan recomendable es destinarle dinero plástico a la diversión, porque en realidad le está agregando un más a su gasto habitual, por decirlo de alguna manera.
Se advierte que el consumidor promedio ya tiene planeadas sus compras –como aprovechar el Buen Fin de este mes- y más cuando está en la cómoda posición de usar las tarjetas bancarias.
Es del todo comprensible, que el consumidor quiera darle rienda suelta al gasto rezagado a que lo obligó la pandemia, como lo describen los analistas, pero a su gasto planeado en que incluye el Buen Fin donde sus opciones de compra son ropa, calzado, electrodomésticos o electrónicos, le está dando el adicional, que ya no le será tan entretenido, cuando en los primeros meses del 2022 le tenga que destinar buena parte de sus ingresos.
M E M O R A N D U M
AÑO PERDIDO
Por supuesto que no exagera Ignacio Alarcón Rodríguez, como presidente del Consejo Coordinador Empresarial, cuando advierte que en el seno de este organismo, se palpa el sentir de que el 2021 es un año perdido.
Y tiene sus razones.
Una de ellas, es que el sector empresarial proyectaba recuperar mínimo el 50 % de los empleos formales que se perdieron por la pandemia del Covid 19 en el 2020. Las cifras dadas a conocer en lo que va del año, muestran que la meta fue difícil de alcanzar. La referencia es que el Instituto Mexicano del Seguro Social, destaca que hasta octubre se recuperaron 17 mil 821 empleos formales, de los 39 mil 172 que se perdieron en la entidad.
Pues si, ha sido un año escabroso para las empresas que dieron la batalla en la Pandemia, al sostener empleos y pagar salarios e impuestos.
¿Qué dirán los huachicoleros, que según datos oficiales, nada más en robo de gas les significan 200 millones de pesos diarios?
Y siempre están vendiendo.
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