Dulce Palmira Conde. Sobre los abrazos

 

Dulce Palmira Conde. (Veracruz, Ver. México. 1993).

Lic. En Psicología por la Universidad Popular Autónoma de Veracruz (UPAV), actualmente estudia la licenciatura de Sociología en la UNAM en modalidad a distancia. Tomó un curso de creación literaria en el Centro Cultural; Yabebirí en 2018. Se ha dedicado a la docencia en niños de 3 a 12 años, y en comunidades rurales por parte de CONAFE, ejerció como profesora de primaria en niños de 7 a 12 años y tiene un amplio interés en la investigación. Se considera un diamante en bruto en el campo de la literatura y hasta ahora no se había decidido a publicar sus textos.

(Presentamos algunos fragmentos de su obra)

Sobre los abrazos

 

¿En algún momento podrían los abrazos extinguirse?

De igual forma se cuenta con más extremidades, el problema sería el normalizar su uso, se podrían abrazar con la frente, con los dedos, la espalda, las muelas …

En una conversación estábamos no más de diez personas, cuestioné a mi compañero de lado derecho, así como a la compañera de mi lado izquierdo.

 

El primero me dijo que le desagrada el acto de abrazar en público; “Me pone sumamente nervioso, comienzo a salivar como si en mi vida hubiese probado gota de agua, luego por momentos es como si te pusieran un fuego traslucido, ahí es cuando ya no soporto y a veces de una forma poco sutil, me alejo de los brazos, los rechazo”

 

Por su parte, mi compañera número dos, me cuenta una anécdota; “Me acaloran muchas cosas, me gusta por lo mismo usar vestidos. Estuve hace unos cuatro años en una relación que el dormir era un momento de angustia, sus brazos se convertían en imán con los míos, trataba de no ser grosera y al inicio me dejaba, evitaba movimiento alguno durante la jornada, no me gustaba interrumpir su sueño.

 

Con el tiempo mi naturaleza brotaba hasta que un día se lo dije; ¡no me gusta que me abracen dormida, me acaloras! Te juro que después de esa primera vez, pude ver el alma en sus ojos partiéndose, y eso que estaba todo apagado, muchas veces del mes quisiera regresar el tiempo”.

 

Retomando la respuesta a la pregunta inicial, por mi parte los abrazos se han estado extinguiendo desde hace mucho tiempo, se abraza a veces por mero compromiso, pero en realidad, la naturaleza del acto puede que esté influenciada por meras conveniencias sociales.

 

Amo profundamente los brazos, los míos y los tuyos, el momento simbólico en que se realiza la alquimia y se termina convirtiendo, como lo que decía la compañera de lado izquierdo; en imanes. Hay quienes gustan de tan reconfortante acto, otros huyen de la cárcel de estrujarse.