Huachigas, imparable en Puebla

Victor de Regil

 

En el primer semestre del 2021, el estado de Puebla continúa siendo la entidad con el mayor número de tomas clandestinas en ductos de gas L.P. a nivel nacional con el 69.23% del total nacional.

De acuerdo con el reporte “Tomas clandestinas ductos de hidrocarburo y gas LP” con base en datos de Pemex, del Instituto para la Gestión, Administración y Vinculación Municipal (IGAVIM), en la entidad poblana se registraron 846 tomas clandestinas en los primeros seis meses del año, identificando alguna de esta acción ilegal cada 5 horas con 10 minutos.

El documento indica que Puebla se ubica por encima del Estado de México con 153 tomas clandestinas, Tlaxcala con 139, Querétaro con 29, Hidalgo con 25, Veracruz con 15, Chiapas con 7, Nuevo León con 4, Tabasco con 2, Chihuahua y Tamaulipas con una.

La tendencia al alza se mantuvo hasta el primer cuatrimestre del 2021, alcanzando su punto máximo en el mes de marzo con 242 tomas clandestinas, sin embargo, aunque por primera vez mayo y junio presentan los menores registros históricos con 147 y 148 respectivamente, la tendencia aún no presenta indicadores positivos.

Entre los municipios poblanos donde más se han localizado tomas ilegales de Gas LP durante el primer semestre del 2021 son, Tepeaca con 274, Texmelucan con 85, Acatzingo con 77, San Matías Tlalancaleca 73, Amozoc con 57, Tlahuapan con 54, Acajete con 48, San Salvador el Verde con 45, Palmar de Bravo con 39 y los Reyes de Juárez con 38.

En el ranking municipal con registros de TC´s en ductos de gas LP, en el estado de Puebla se identificaron 18 municipios, 12 en México, 8 en Veracruz, 3 en Tlaxcala y Nuevo León, 2 en Hidalgo, y 1 en Chiapas, Chihuahua, Tabasco, Tamaulipas y Querétaro.

Aunque parece improvisado, el delito del robo de gas LP no lo es, pues las bandas se han especializado en el tema.

Y es que los criminales tienen todo calculado para realizar la extracción de gas LP de los ductos de PEMEX.

Se sabe que primero detectan las zonas por donde pasa la tubería para posteriormente estudiar a qué hora cierra las válvulas el personal de la paraestatal.

Para ello, cuentan con información privilegiada y de primera mano sobre la infraestructura de Pemex y la trayectoria de los ductos en el subsuelo.

Posteriormente, perforan el conducto y colocan la toma clandestina, un mecanismo que tiene entrada y salida de aire.

El sistema se conecta directamente al ducto y tiene una tapa que sella herméticamente, sin que ello implique que en algún momento ocurra una fuga.

De esta manera, cuando empieza a correr el gas LP, las bandas dedicadas a este delito ya tienen las pipas conectadas para realizar la extracción.

De hecho, todo el tiempo perfeccionan su modus operandi, pues en el caso de la extracción de gasolina, cuando Pemex instaló sensores para detectar las fugas, los delincuentes, al mismo tiempo que sacaban el combustible, inyectaban agua para evitar que fuera evidente el cambio de presión.

Son los líderes de las bandas son quienes establecen los contactos para poder distribuir el gas.

Aunque con el tiempo han ido optimizando la forma de robar el gas LP, señaló que el riesgo de fugas y explosiones sigue siendo grande, sobre todo, cuando se trata de rellenar tanques de gas, pues las válvulas se abren y se cierran continuamente.

Esa es precisamente una línea de investigación sobre la explosión de San Pablo Xochimehuacán, pues se presume que la fuga de gas ocurrió cuando los criminales de una gasera estaban extrayendo el combustible para llenar tanques.