AGENDA EMPRESARIAL
Jorge Marcelino Alejo
El huachicol funciona para puras desgracias tanto económicas como humanas. Desafortunadamente, éstas últimas son las más lamentables porque mueren personas que las más de las veces, no tienen nada qué ver con el oscuro trafique de la gasolina y el gas.
Puebla ya entró a otra década más del huachicol, que vino a florecer en la segunda década de este siglo XXI. En la región poblana hubo un festín millonario con el robo de gasolina, que a más de una década y ahora junto con el hurto del gas LP, solo dejan muerte, desolación e infortunio económico. Ésto último se da y se dará más tanto en los huachicoleros que no sacian su codicia por el dinero, como en las personas que no tienen relación con el delito energético, pero que sufren su perjuicio en carne propia.
Solo por mencionar el daño que deja la secuela de más de 60 casas colapsadas en San Pablo Xochimehuacan, por la explosión ocurrida la madrugada del pasado domingo, resulta incuantificable el deterioro económico que sufrirán las familias, porque les cambio la vida al perder su patrimonio.
Esas familias estaban llenas de ilusiones por el fin de año y por la deseable desaparición del Covid 19. Tal vez soñaban con proyectos qué realizar en los últimos meses del año, y el anhelo de ejecutar planes de progreso en el próximo. Pero no hay nada de eso, ahora son protagonistas de una desgracia más, lamentablemente, una más de las tantas que se han provocado por tomas clandestinas de los energéticos, en decenas de pueblos y comunidades de Puebla y del país.
Mientras tanto y en medio de un luto decretado, por el dolor de las familias afectadas por la citada explosión, en Puebla tenemos un nuevo tropiezo económico, porque además, las pérdidas millonarias seguirán para Pemex, en tanto que se succionan más millones de pesos, para que la Guardia Nacional y cuerpos policiacos, vayan de un pueblo a otro clausurando tomas clandestinas. Siempre con la zozobra de afrontar otra desgracia más, provocada por el huachicol.
Hoy le tocó a San Pablo Xochimehuacan. Y en verdad deseamos que ésta sea la última explosión que enlute hogares, Pero nos preguntamos cuántos Gobernantes, Legisladores y Fiscales tendrán que pasar para erradicar al endemoniado huachicol, que solo ha traído desgracia tras desgracia. Es cierto, ponemos en claro que el Fiscal del Estado ha sido el mismo en los últimos Gobiernos estatales, pero lo que no se aprecia con claridad, es por qué no puede con el paquete huachicolero.
M E M O R A N D U M
892 EMPRESAS
A decir de Raquel Buenrostro como Jefa del Servicio de Administración Tributaria -SAT-, en el 2020 se logró una recaudación fiscal extraordinaria por 496 mil millones de pesos. EL mérito del SAT es que en ese año se captó el pago de impuestos de 892 empresas de grandes inversionistas. A ellos en sexenios anteriores, se les ubicaba como empresarios consentidos que además, gozaban de buen trato y otros privilegios.
Sin embargo Buenrostro admite que todavía hay grandes empresarios que no quieren pagar impuestos y que recurren a prácticas dilatorias en el Poder Judicial. Eso les permite prolongar plazos de pago entre cinco y quince años. Ante ello el SAT señala contundente que no les convienen tiempos dilatorios, porque terminarán pagando más de multas y recargos, que lo que debían al principio.
Es capcioso, tanto el SAT como los grandes empresarios proceden conforme a la Ley, el primero cobra impuestos y el segundo usa su derecho a dilatar el pago. Fiscalmente, se viene emocionante el 2022.
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