Para nadie es un secreto la mala relación que existía entre la BUAP, que era dirigida por Alfonso Esparza, y Casa Aguayo, donde despacha el Gobernador. Una relación con enconos, en donde los más afectados eras los universitarios. Afortunadamente, todo eso quedó atrás y se respiran nuevos aires en este relación.
Por el bien de Puebla y de la comunidad universitaria, la relación institucional entre la máxima casa de estudios del estado y el gobierno de Puebla encontró un afortunado reinicio con la visita de la rectora de la BUAP, Lilia Cedillo Ramírez, al gobernador Miguel Barbosa. El encuentro, breve y cordial, augura cosas buenas, un tiempo muy distinto al reciente y a los muchos años que lo antecedieron.
Hoy, para el recuerdo o para los pendientes, el nombre de Alfonso Esparza Ortiz es una mera referencia. Se extinguió su rectorado. Los procesos, si los hay y tienen méritos, tendrán sus causes normales.
Y es que, más allá de las personas, ahora también se ve en el horizonte la oportunidad de una nueva relación de respeto y colaboración en el mejor de los sentidos, entre el gobierno y la universidad.
No hay que olvidar que, a lo largo de las ocho décadas de gobiernos priístas en Puebla, también hubo pasajes oscuros, incluso de represión e intento de sometimiento.
Con el extinto morenovallismo, incluso, una contundente bota encima de las autoridades universitarias. Y hasta la intentona, afortunadamente frustrada, de tomar por asalto a la propia BUAP.
Ahora, la nueva posibilidad de reencontrarse, un gobernador y hoy una rectora, se da con terreno descampado, con la posibilidad de construir desde cero en beneficio de ambos en el corto y mediano plazo.
Así se puede describir este concilio de Casa Aguayo. La rectora llegó puntual a la cita, hacia el mediodía. El gobernador fue cortés. Se dio la foto. Todo el contexto reflejó cordialidad y un respeto absoluto.
“Un gusto poder saludar a la Dra. María Lilia Cedillo Ramírez, rectora de la @BUAPoficial, con quien me reuní para conversar sobre los temas que interesan a la comunidad universitaria. Tengo la certeza deque bajo su liderazgo vienen cosas buenas para la #BUAP”, escribió el gobernador en su cuenta de Twitter.
La rectora también expresó en su blog de Facebook su visión del encuentro: “Hoy tuve una breve pero importante plática con el Gobernador del estado de Puebla, Luis Miguel Barbosa. Me siento muy contenta de abrir nuevos diálogos y puertas en esta nueva etapa para todas y todos”, escribió.
Efectivamente, hay circunstancias inéditas que dibujan un buen futuro en esta relación. Barbosa es el primer gobernador de izquierda en Puebla.
Un mandatario que además no se sirvió políticamente de la universidad en su tiempo de candidato, como muchos anteriormente sí lo hicieron. Que en lo institucional ha sido respetuoso de la autonomía.
Un punto que es importante recalcar, es que se trata también del primer gobierno estatal que no metió las manos en la elección que, muy afortunadamente, definieron solamente los universitarios.
Lilia Cedillo es una académica de altísima calificación. No heredó la Rectoría. No está para cuidarle las espaldas a nadie. No es una política en búsqueda de trampolín. Su amor a la institución es sólido y genuino.
“Vienen cosas buenas para la BUAP”, presagió Barbosa. A todos nos conviene que así sea.