Victor de Regil
La BUAP está viviendo un proceso inédito en su vida interna universitaria. Hace mucho tiempo que los buenos aires no se sienten en esta universidad como ahora. Pareciera que todo es armonía tanto en el exterior como en el interior de la Universidad lo que, sin duda, beneficia a toda la sociedad poblana.
Y es que, lo que ha sucedido en la Máxima Casa de estudios en Puebla es simplemente inédito, pues si se mira con detenimiento y objetividad, la BUAP tuvo en los últimos días el relevo más terso que se pueda recordar, desde hace décadas. Sin contratiempos en su vida interior, con muchos retos en el horizonte para la primera rectora de la historia y con los temas extrauniversitarios, que aún deberán resolverse, sin injerencia real en la cotidianidad de la Máxima Casa de Estudios del estado de Puebla.
La BUAP está comenzando una nueva era, con la Rectoría que encabeza la Dra. María Lilia Cedillo Ramírez.
Llega con un enorme apoyo y esperanza de los tres sectores de la comunidad: docentes, estudiantes y trabajadores. No hubo divisiones incluso ni con los sectores más radicales de la institución. Algo sucedió que se generó un consenso que se siente y se vive desde el pasado 4 de octubre.
Al rendir protesta, perfiló que el suyo será un ejercicio que privilegie la cercanía. En el que se declaró “una universitaria más”, destacando el orgullo y el amor por la institución.
“Quiero convocarlos a que lleguemos juntos a ser la mejor universidad y reiterarles lo que he mencionado a lo largo de esta semana: soy una universitaria más, todos somos la BUAP”.
Quienes avizoraban nubarrones y tormentas en este cambio de rectores, debieron guardar los impermeables y los paraguas.
Desde el máximo poder político del estado también vino el reconocimiento. El gobernador Miguel Barbosa Huerta felicitó a la Dra. Cedillo: “La primera mujer en este cargo. Le deseo el mayor de los éxitos y reconozco a la comunidad BUAP por el proceso de selección”, escribió el mandatario poblano en su cuenta de Twitter. Un breve mensaje que lo dice todo y que nos habla delos buenos tiempos que vienen pata esta institución.
Que anuncia la posibilidad de una relación de respeto, institucional y de colaboración. Porque la vida de Puebla siempre está de la mano con la vida de la Universidad, su conjunción es tal que tiene que ver incluso con la gobernalidad del Estado y de la capital poblana, la cuarta más importante del país..
La rendición de cuentas, claras y transparentes, presunta omisión que se le ha achacado al rector que salió, fue también eje del discurso de la rectora Cedillo.
“Somos una institución pública que necesita dar cuentas claras de los recursos, dentro del marco de la autonomía. Porque somos capaces de autodirigirnos, dar cuentas claras de la cobertura, de la calidad de la investigación y la enseñanza”, dijo la rectora, al rendir protesta ante el Consejo Universitario.
Es precisamente en ese caso, que esos temas se han convertido en extrauniversitarios, en muchos sentidos, respecto de las acusaciones contra el ex rector Alfonso Esparza Ortiz.
Si hay méritos judiciales, las autoridades deberán actuar. Lo cierto es que en lo que se refiere estrictamente a la vida universitaria, Esparza se va con buenos números. Deja un buen sabor de boca en muchos.
En sus dos periodos en la Rectoría, ocho años en total, creció la matrícula. Se incrementó 60 por ciento la planta física; hay 128 nuevos edificios. La oferta académica es mayor, con 82 programas que se abrieron en nuevas sedes regionales. Hay al menos una preparatoria en 27 municipios del interior del estado.
Todo cuenta y le suma, en el balance final. Lo demás, está en las manos adecuadas dirimirlo.
Hoy por hoy, desde todos los ángulos, la transición fue ejemplar.