- Brenda Macías/ICM
- La académica Celia Arteaga Conde, pidió que no sigamos reforzando lo que éramos en la antigua normalidad
- Los ecofeminismos aglutinan la perspectiva feminista, ecologista y pacifista para criticar el desastre ecológico
Desde los feminismo de América Latina o de Abya Yala, el cuerpo es el primer territorio. En este sentido, el saquear y explotar la tierra es como si violentáramos nuestro propio cuerpo, refirió la Dra. Celia Arteaga Conde, académica del Centro Transdisciplinar Universitario para la Sustentabilidad (Centrus) de la IBERO.
En la lengua del pueblo Kuna, originario del norte de Colombia y asentado en Panamá, Abya Yala significa tierra viva, y es el nombre más antiguo hasta ahora conocido con el que los pueblos originarios del continente llamaban a lo que hoy conocemos como América. Desde este espacio de Abya Yala, la antropóloga del Centrus reflexionó sobre los tipos de ecofeminismo.
En un video publicado por el Canal de YouTube de la División y Posgrado de la IBERO, la académica expuso que los ecofeminismos nos invitan a repensar nuestro ser y estar en el mundo; nos invitan a cuestionar los estereotipos, las normas, los binarismos y los roles que asumimos como inamovibles; nos invitan a cuestionarnos cómo nos presentamos frente a la otredad.
Además, los ecofeminismos privilegian la ética de los cuidados y crean estrategias para que ésta se universalice y no sólo recaiga en las mujeres.
La profesora de la Licenciatura en Sustentabilidad Ambiental consideró importante que la perspectiva de género dialogue con los estudios de la sustentabilidad para el logro de una sociedad más justa y equitativa, objetivos que la Iberoamericana persigue en su ideario.
Sobre los ecofeminismos –perspectiva que aglutina la feminista, ecologista y pacifista– y su crítica al desastre ecológico, la antropóloga Celia Arteaga aprovechó para reflexionar sobre el origen de la pandemia: “Es por una mala relación entre la sociedad y la naturaleza. Hemos colonizado territorios donde no deberíamos estar, hemos destruido ecosistemas y por eso surgen las enfermedades zoonóticas. La pandemia nos recuerda la fragilidad de la vida y que somos eco socio dependientes”.
La académica de la IBERO pidió que al terminar la pandemia no sigamos reforzando lo que éramos en la antigua normalidad, sino que busquemos trazar caminos que nos ayuden a sanar nuestra relación con el medio ambiente y cuestionar al sistema capitalista, depredador y patriarcal que nos explota y violenta.
Los ecofeminismos son parte de un movimiento social y político que critica el desastre ecológico, la explotación del mundo vivo y la subordinación y sometimiento de las mujeres, población LGBTIQ+, personas indígenas, personas en situación de pobreza y otras minorías.
La Dra. en Antropología por el CIESAS se identifica con la perspectiva del ecofeminismo constructivista que resalta que el género es una construcción social y cultural relacionada al intercambio con la naturaleza.
Entre las variantes del ecofeminismo constructivista está el feminismo ecologista queer que cuestiona los binarismos y las sexualidades heteronormadas, y el ecofeminismo vegano y antiespecista que intenta mejorar la relación entre las personas y los animales.