PULSO POLITICO. Dos ceremonias del “Grito” en esta capital

Gabriel Sánchez Andraca

En la capital poblana volvió a repetirse, el 15 de septiembre, algo que ocurrió por primera vez en el primer gobierno panista, el de Moreno Valle Rosas, que hubo dos ceremonias del tradicional “Grito”.

Una en el Palacio Municipal y otra en el Palacio de Gobierno, (Casa Aguayo) En la primera la presidió la presidenta municipal Claudia Rivera y la segunda el gobernador Luis Miguel Barbosa.

La ceremonia presidida por el gobernador, fue trasmitida en vivo por las televisoras locales.

En ambas la asistencia estuvo restringida por la pandemia y aunque no hubo lluvia, tampoco se notó el entusiasmo y la alegría de otras épocas, a esto contribuyó el temor de la gente a los contagios, aunque se guardaron los protocolos de seguridad sanitaria dictados por las autoridades de salud.

EL GRITO EN LA CIUDAD DE MEXICO, dado por el presidente Andrés Manuel López Obrador, fue en un zócalo completamente vacío, pero no por ello carente de interés, pues se pasó un video muy bien hecho, sobre pasajes históricos desde la invasión europea y la lucha por Tenochtitlan en 1521, hasta el inicio de la lucha por la libertad y la justicia.
En el balcón central del Palacio Nacional, el presidente y su esposa, Beatriz Gutiérrez Muller, estuvieron de pié durante todo el tiempo que duró la ceremonia, que terminó con los tradicionales fuegos artificiales que lucieron bastante bien. La ceremonia terminó con un cuadro típicamente mexicano en el que cantó y declamó una extraordinaria cantante acompañada de un muy buen mariachi.

AYER FUE EL TRADICIONAL DESFILE PRECEDIDO POR una ceremonia en la que hubo tres oradores: El secretario de la Defensa Nacional; el invitado especial, presidente de la hermana república de Cuba y el propio presidente de México, Andrés Manuel López Obrador. Los discursos captaron la atención de los oyentes por los temas tratados: la historia verdadera del movimiento libertario y las relaciones entre Cuba y México que datan desde la Conquista.

El desfile ha sido el mas largo que se recuerde. Desfilaron más de 15 mil elementos del Ejército, la Marina, la Guardia Nacional y la agrupación de Charros. El contingente militar femenino, estuvo muy nutrido.

La ceremonia se inició a las 10 horas en el zócalo de la ciudad de México con el izamiento de la Enseña Nacional y los honores al Presidente de México. Hubo un espectáculo de paracaidistas que lucieron magníficos en su desempeño y luego el Presidente fue invitado por el general que estuvo a cargo de la organización del acto, a dar la orden de inicio.

El paso de los contingentes duró tres horas y su paso por las calles 5 de Mayo, Avenida Juárez y Paseo de la Reforma, fue presenciado y aplaudido por miles de mexicanos, tanto de la capital, como de personas llegadas de la provincia para verlo.

LAS FIESTAS PATRIAS QUE SON TRADICIONALMENTE esperadas por todos los mexicanos de las ciudades, pueblos y aldeas con un gran entusiasmo, hizo que como siempre, pasara desapercibido el 82 aniversario del partido Acción Nacional que surgió precisamente el 15 de septiembre de 1939 en la ciudad de México, creado por don Manuel Gómez Morín, un intelectual muy destacado, que fue vasconcelista en su juventud y que fue rector de la UNAM además de un alto funcionario del gobierno federal presidido por Abelardo Rodríguez, con quien colaboró en la expedición de leyes básicas para el desarrollo nacional, entre ellas la de la creación del Banco de México, habiendo sido su primer presidente del Consejo Administrativo.

Como ya hemos comentado en este espacio, los inicios del PAN fueron ejemplares. Sus dirigentes fueron profesionales del derecho muy destacados amantes de la democracia y su objetivo era el de lograr que este país, poco a poco fuera siendo más libre y demócrata, para lo que su fundador declaró que los partidos políticos deberían ser “escuelas de política”, advirtiendo que no sería fácil lograrlo, dijo que sería una “brega de eternidad”.

El PAN empezó por lanzar candidatos serios y capaces, sin esperar triunfos fáciles. Y no se desanimaban con las constantes derrotas que sufrían en las elecciones locales y federales.

Su lucha parecía que sería eterna, como advirtió su fundador, pues los mexicanos no estábamos acostumbrados a la democracia, ni al respeto al voto.

En 1965, según artículo publicado en Excélsior el pasado lunes del licenciado Bernardo Bátiz, un destacado personaje que militó en el PAN durante muchos años, fue secretario general del comité nacional de ese partido y dos veces diputado federal (pasó a ser seguidor de Andrés Manuel López Obrador y fue su procurador de justicia en el gobierno del Distrito Federal) el PAN proyectó sus principios de doctrina y siguiendo corrientes de pensamiento inspiradas en las encíclicas sociales de León XIII y Pío IX, así como de destacados pensadores católicos, incluyó temas de justicia social y críticas al sistema capitalista; dice Bátiz, que influyó mucho en el nuevo matiz de ese partido, Efraín González Morfín, que fue candidato presidencial panista, e hijo del primer candidato panista a la presidencia, el también licenciado Efraín González Luna, ambos de Guadalajara.

González Morfín, creó el “solidarismo” lo que le abrió al partido a propuestas de avanzada como la participación de los obreros en la propiedad y dirección de las empresas, el cooperativismo como alternativa a la empresa capitalista y otras que definieron al partido durante cuatro o cinco lustros.

Pero después de eso, vino la nacionalización de la banca por el presidente López Portillo y los banqueros y grupos capitalistas que siempre habían sido aliados del priismo por convenir a sus intereses, rompieron con él y decisieron buscar el poder político por su cuenta.

Ya le hemos dicho aquí, que el PAN se convirtió en una franquicia de los grupos empresariales más retrógradas, cayó en sus manos, se aliaron con Carlos Salinas de Gortari en la política económica neoliberal y el PAN se convirtió en algo que nunca proyecto ser, hasta llegar a una alianza con el partido que tanto combatió y que también había perdido sus principios, su identidad, su preferencia por los campesinos, obreros y personas de las clases medias. Ambos, PRI y PAN, se convirtieron en lo que ahora son: partidos sin identidad ideológica, dirigidos por políticos menos que mediocres, sin estructura, sin organización, con cada día menos militantes y con propuestas muy poco inteligentes para poder recobrar en alguna forma, la importancia que tuvieron en la vida nacional. Son partidos viejos, uno con más de 90 y el otro con más de 80, lo cual no sería problema, pero como ocurre en las personas, sus vicios, sus abusos, su amor por la buena vida, los llevó a la ruina.

Van a seguir existiendo, porque han representado a las dos corrientes históricas de este país, el liberalismo y el conservadurismo, pero pueden ser sustituidos por otras organizaciones, con los mismos principios, pero más actualizados, más realistas. Morena es la opción para sustituir al PRI, si los morenistas se ponen las pilas, pero el PAN no tiene ni p’a donde hacerse.