Jesús Alberto Cervantes Villegas. Mi biblioteca personal

 

Jesús Alberto Cervantes Villegas (Veracruz, México. 1980)

Es Licenciado en Educación Primaria (CESER) y Lic. en Pedagogía con especialidad en Español (Universidad del Golfo), ha tomado diversos cursos, talleres y diplomados de actualización docente de forma presencial y en línea en diversas instituciones como el Tecnológico de Monterrey, INEE, Instituto Consorcio Clavijero, UNAM, Universidad de Cambridge, Universidad Pedagógica Veracruzana, ILCE, ICATVER. Está interesado desde hace varios años en la capacitación docente como estrategia de mejora. Ha escrito y publicado algunos cuentos cortos infantiles y artículos docentes. Actualmente es director de educación primaria en la zona estatal 059 y profesor de grupo en la zona 075 federal, en la ciudad y puerto de Veracruz.

 

Mi biblioteca personal

 

Desde muy temprana edad me fascinaba coleccionar distintos tipos de objetos, con añoranza recuerdo claramente el juntar estampitas de luchadores y/o jugadores, corcholatas de marcas de refresco, colores, carritos y todo aquello que los niños tuvieran a su alcance, con la única condición que no representara un alto costo para los bolsillos de los padres que emocionados eran participes de este hobby.

 

Con los años llegó la adolescencia una etapa de cambios importantes en diversos sentidos, y en donde todavía este antiguo hábito se continuaba propiciando en esta época siendo las cartas de amor, cassettes e imágenes de artistas de moda, pantalones, camisas, etc. Pero durante el tránsito de estos periodos de mi vida, el hábito de la lectura y el conocimiento de distintos escritores, personajes y movimientos sociales progresivamente se fomentaban con la escolaridad.

 

Paulatinamente comencé a conformar mi biblioteca personal, emocionado aún recuerdo las primeras bibliografías como fueron diccionarios escolares y de reglas ortográficas de los distintos grados que cursaba, Juan Salvador Gaviota, las fábulas de Esopo, los grandes clásicos como Pinocho, Frankenstein, el diario de Ana Frank, entre otros más que rápidamente atrapaban tu atención e invitaban a imaginar otros tiempos, espacios y escenarios, evidentemente te permitían soñar y ser parte de las historietas como un personaje más, en todas éstas fantásticas aventuras.

 

En mi etapa final de bachillerato otros escritores se comenzaban a posicionar y apropiar de mi espacio dedicado al esparcimiento cultural, siendo algunas de estas obras literarias de personajes como Julio Verne, Carlos Cuauhtémoc Sánchez, Og Mandino que eran frecuentemente recomendadas por los profesores de literatura y de humanidades, área de estudio que había optado para continuar mis estudios de educación normal y pedagogía.

 

Como anteriormente señalé durante mi formación docente fui un asiduo lector de textos pedagógicos, didácticos y de literatura de autores como Ángel Díaz Barriga, María Antonia Casanova y Gabriel García Márquez por mencionar algunos que poco a poco fueron poblando mi biblioteca personal. Con los años cada vez se encontraban más libros de diversos tamaños, géneros e inclusive en lengua inglesa, asignatura que durante más de 10 años me ha interesado su comprensión.

 

Todas las personas debemos constituir una biblioteca personal, es cierto de la enorme responsabilidad por parte de las escuelas y sociedad por promover la lectura y escritura como estrategia permanente en donde todos somos responsables y promotores continuos, pero es fundamental que en cada hogar se dedique un espacio lector utilizando para tal objetivo libros, cuentos, diccionarios, enciclopedias, revistas en diversas áreas, etc.

 

Leer por convicción, jamás por obligación señala acertadamente Eduardo Robles, de manera personal enfatizo que para el logro de este hábito es prioritario el fomento de la lectura desde el nicho familiar, aprovechar cada oportunidad o actividad para su difusión, estructurar en la medida de lo posible la estrategia de una biblioteca activa, que no se limite a tenerlos organizados únicamente en la sala, sino que se dosifiquen actividades propositivas e interesantes en posibilitar la lectura con múltiples intenciones como pueden ser aprendizaje, curiosidad, entretenimiento, etc.

 

Este texto es una invitación permanente para todos los hogares mexicanos que construyamos una biblioteca personal de acuerdo a nuestras posibilidades en algún espacio exclusivo al fomento de la lectura y escritura, por muy humilde que se estructure, esta valiosa acción propiciará múltiples conocimientos y aprendizajes, coadyuvando en la formación escolar y social.