Carlos Ravelo Galindo, afirma:
Las observaciones que subrayamos, de nuestros colegas lectores, despejan algunas dudas, que aquí compartimos de Tati Izmont y José Antonio Aspiros.
De ella:
“Estamos en manos De Dios.
El poema maravilloso algunas estrofas nos las exigían aprender en la primaria, gracias por enviar completo el poema, te agradezco tus Nubes, saludos”.
Siempre profundos en su reflexión.
De él:
“Estimado amigo: No había leído esta parte del mensaje presidencial, que me deja la sensación de que pudiera estar enfermo cuando dice que espera tener suerte y terminar su sexenio, lo cual depende de lo que digan la naturaleza, la ciencia y el Creador. Le deseo mucha salud.
En cuanto a la Suave Patria que hoy tuviste el acierto de ponernos a leer de nuevo para no olvidar ese poema-mensaje, sólo unos cuantos comentarios ligeros:
La oración «La Patria es impecable y diamantina», debería estar también donde han puesto aquella de «La Patria es primero».
Cuando habla del tren y «el barullo de las estaciones», sólo nos trae un recuerdo nostálgico para los de más edad que conocimos cuando menos la de Buenavista, pues ya no «va por la vía como aguinaldo de juguetería», sino como transporte de carga y para los indocumentados.
El «santo olor de la panadería» es una herencia de España, pues de ese país trajeron el trigo y acá lo volvieron harina para hacer ese delicioso alimento infaltable en la mesa para el desayuno y la merienda.
Cuauhtémoc, «el único héroe a la altura del arte», duró muy poco tiempo como huey tlatoani de los mexicas y, muy joven, le tocó en suerte tratar de defender su mundo, su imperio, su cultura, que 500 años después se niegan a desaparecer, lo mismo que otras razas originarias de nuestra Suave Patria.
El poema incluye a la Malinche entre todo lo que sufrió la patria, pero no es así.
Ni ella era mexica, ni los mexicas eran la patria, ni existía una patria como la planteamos en la actualidad. Los historiadores actuales han reivindicado a ese personaje.
Los diversos conceptos y expresiones alegóricas o crípticas del poema quedan sometidos a la interpretación de cada lector desde sus capacidades y valores.
Lo importante es que con su simple título fomenta el sentimiento nacionalista, lo mismo que nuestro hermoso Himno Nacional, aunque su letra aluda a una realidad bélica propia del siglo antepasado. Salud.
AAJA”.
Por cierto, el presidente Andrés Manuel López Obrador hizo un paréntesis en su mañanera, para informar de la aparición en librerías de su libro “A la mitad del camino”. (Cada ejemplar cuesta 248 pesos).
Y de los libros sin costo, “La colección ’21 para el 21′ abonará a acortar la brecha que ha marginado a muchas comunidades que han estado alejadas de la lectura y contribuirá a fortalecer la cultura nacional entre quienes reciban los libros, cuya distribución será totalmente gratuita”, anuncia el FCE.
El Gobierno federal repartirá por el país 21 títulos de libros, cien mil ejemplares cada uno, de grandes autores mexicanos. Entre ellos están lo mismo Octavio Paz que Elena Garro, Carlos Monsiváis que Mariano Azuela.
Una colección de obras que comprenden desde la Independencia de México hasta mediados del siglo XX. “Fue financiada por el Instituto para Devolver al Pueblo lo Robado”.
El “21 para el 21” nació hace unos meses dentro de lo que llaman la estrategia de una república de lectores, esto con la idea de “producir una gran colección en términos de títulos y ejemplares que nos permitiera una distribución masiva a lo largo y ancho del país”.
“Al final optamos por 21 títulos tras largas discusiones en el Consejo Editorial del Fondo de Cultura y tuvimos algunos problemas. En algunos casos, algunos libros que nos interesaba que salieran en esta colección, o las agencias literarias o los herederos no estaban a favor de que sus autores tuvieran una distribución gratuita”,
Tuvo un costo de 45 millones de pesos, en los que ya se incluyen los costos de impresión, el pago de derechos de autor a los herederos o a los autores, y el “micro costo de distribución, mínimo, prácticamente inexistente”.
El presidente Andrés Manuel López Obrador destacó que el Fondo de Cultura Económica, que dirige Paco Ignacio Taibo, tiene mucha producción de libros. Que como pocas veces en la historia se han editado libros que se venden a precios muy bajos y en algunos casos se entregan de manera gratuita porque necesitamos fomentar la lectura”.
“Es muy importante sobre todo en las nuevas generaciones de jóvenes que se afiance el hábito de la lectura aún con todo el bombardeo que hay de medios electrónicos y lo simplista que resulta ver sólo lo básico, las reseñas, la superficie de no ir al fondo. Entonces es muy importante el fomento a la lectura que se está haciendo en el FCE”.
El costo unitario por cada libro se ponía así en los 21 pesos, lo cual, cuando vean los libros van desde libros de 300 páginas hasta libros de un centenar, pero el costo promedio reunía estos.
En otros, agregó, las contradicciones eran más complicadas todavía, ya que “mientras los herederos decían ‘sí’, las agencias literarias decían ‘no’. El hecho es que fue depurándose una lista a partir de lo que había en el Fondo de Cultura a partir de conversaciones con autores que recogieran libros post independencia”.
Paco Ignacio Taibo II también afirmó que armar y producir la colección no era tan complicado. Además, relató que la Impresora y Encuadernadora Progreso (IEPSA) trabajó a una gran velocidad los ejemplares, hecho que agradeció. Aseguró que no se puede volantear los libros ni pararse en una esquina y regalarlos.
“Tienes que encontrar que el libro indicado llegue al lector posible o el lector indicado. Tienes que crear una distribución fragmentada bajo la lógica de a quién vas, quién buscas y cómo llegas”, enfatizó. En términos de la distribución, abundó, se optó por 65 por ciento a través de la Presidencia de México.
Privilegiamos a maestros de secundaria jubilados, los que leen en el ambiente que se ha creado en la República.
Privilegiamos jóvenes, becarios, por aquí, por allá.
Privilegiamos todas las estructuras de fomento a la lectura regadas, distribuidas por el país.
Privilegiamos los planes piloto donde formamos mediadores de lectura con los libro buses, agregó.
Del mismo modo, dijo, se dio prioridad a bibliotecas en las normales, universidades rurales y los centros de secundaria de escuelas de ciencias del mar.
Entre los títulos que contempla la colección “21 para el 21” se cuentan:
Canek, de Ermilo Abreu Gómez, donde se narra la historia del antiguo héroe maya que, en 1761, dirigió una sublevación contra los españoles en el poblado yucateco de Cisteil.
Noticias biográficas de insurgentes apodados, de Elías Amador, rescata a los miles de participantes anónimos en la guerra de Independencia.
En Río subterráneo, de Inés Arredondo, la autora reúne doce cuentos que fluyen con una escritura precisa y exploran las zonas ocultas de la mente y del comportamiento humano.
Tiempo de ladrones. La historia de Chucho El Roto, de Emilio Carballido, relata las huidas de la cárcel, los enredos de amores y otras peripecias de este personaje legendario.
Muerte en el bosque, de Amparo Dávila, es una antología de cuentos que conjunta capítulos ensordecedores en la vida de los personajes que habitan sus páginas.
Tiene la noche un árbol, de Guadalupe Dueñas oculta en los veinticinco cuentos que contiene, una oscuridad a veces evidente y otras, labrada.
Tomóchic, de Heriberto Frías, reconstruye el enfrentamiento aguerrido de los pobladores de Tomóchic contra el régimen porfirista, en defensa de su libertad religiosa y política, desde la mirada del subteniente Miguel Mercado.
Y Matarazo no llamó, de Elena Garro, habla de la vida de Eugenio Yáñez, quien se ve atrapado en un sórdido mundo, que lo lleva a un incierto y oscuro destino.
Pueblo en vilo, de Luis González y González, inaugura una forma de contar la historia, que el autor bautizó como microhistoria, a través del relato de la vida en San José de Gracia, un pueblo michoacano.
La sombra del caudillo, de Martín Luis Guzmán, enfrenta uno de los crímenes de Estado más terribles en la etapa post revolucionaria, señalando directamente a los presidentes Álvaro Obregón y Plutarco Elías Calles.
Y, en otro ángulo de la literatura, Apocalípstik, de Carlos Monsiváis, engloba 35 crónicas sobre la Ciudad de México y su paso en el tiempo, que retratan desde la cultura de las élites de la urbe hasta su cultura de cantinas, pulquerías y cabarets.
En El laberinto de la soledad, el Nobel mexicano Octavio Paz describe un retrato detallado donde convergen el culto a la muerte, la soledad universal y los orígenes de la identidad social del mexicano
Paseo de la Reforma, de Elena Poniatowska, recogen las costumbres nacionales y, al mismo tiempo, la unión de mundos totalmente distintos: el aristocrático, la clase explotada y los movimientos sociales.
Crónicas de amor, de historia y de guerra, de Guillermo Prieto, incluye catorce breves ensayos que van de las costumbres a las batallas, pasando por el amor.
El libro rojo de la Independencia, de Vicente Riva Palacio y Manuel Payno, congrega una serie de ensayos que ofrecen la oportunidad conocer las hazañas y los sacrificios de personalidades como Hidalgo, Allende, Morelos y Guerrero, entre otros, que ayudarán a los lectores a comprender su participación en la construcción de una nueva nación independiente.
La lírica, como elemento infaltable de esta colección, está representada por la Antología de poesía mexicana del siglo XIX, de Edith Negrín Muñoz, que recopila una muestra significativa de la producción poética de 31 autores.
En otra línea de las letras, José C. Valdés, en su Breve historia de la guerra con los Estados Unidos, eleva la narración más allá del simple reporte de hechos, al dotarla de análisis y balance.
Luis Villoro se hace presente en esta colección, con su libro La revolución de independencia, donde busca explicar la estructura y los bandos ideológicos que sostuvieron y encauzaron el movimiento independentista de México.
Por último, Josefina Vicens, en El libro vacío, atrapa al lector con una prosa intensa que muestra en su esplendor el diálogo interno, la reflexión profunda sobre la escritura, el deseo y las limitaciones de una persona cualquiera.
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