Victor de Regil
En nuestra máxima casa de estudios, de manera casi inédita, la BUAP, se prepara para una elección interna real, con la que renovará su Rectoría. Un proceso en el que los consensos y la fuerza de las 43 unidades académicas y administrativas serán definitorios en la competencia en la que Lilia Cedillo Ramírez se perfila como la opción más elocuente, con el beneficio adicional de que, sin ser antagonista, no representa la carta efectiva del actual rector. De confirmarse el escenario, sería la primera vez en la historia que una mujer esté al frente de la máxima casa de estudios, lo que no es poca cosa.
Con dos elementos medulares, la mesa quedo puesta para el proceso de sucesión en la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (BUAP).
Y es que, en sesión extraordinaria, por mayoría el Consejo Universitario aprobó que prolongará su periodo -que se venció en marzo del año pasado- y que será el próximo rector o rectora quien convoque a su renovación.
También que la elección para el Rectorado 2021-2025 será por voto electrónico.
Los dos hechos son trascendentales y perfilan el posible resultado de la elección que se prevé realizar en octubre próximo.
La permanencia del actual Consejo, justificado por la pandemia, ya que no pudo realizarse una elección y por las actuales circunstancias, favorecen al actual rector, Alfonso Esparza Ortiz.
Todo éste es afín a él. Así que tendrá participación activa, voz y votos. Incluso, hay quienes lo verán manejando los hilos de su propia sucesión.
En tanto, el voto electrónico garantiza la continuidad del trabajo, lo que generará una competencia real.
También con éste se debilita a grupos enquistados, como los Vélez.
A aspirantes como Guadalupe Grajales que no tendrán ninguna posibilidad de ganar porque sencillamente no tienen estructura entre las facultades y las escuelas.
Visto a la luz de estas decisiones que los universitarios tomaron, se allana el camino para la llegada de Cedillo Ramírez.
La ex directora del Centro de Detección Biomolecular sería la primera mujer en esa posición, lo que sería un hecho inédito para esta institución. Pareciera ella tener los acuerdos y los respaldos requeridos. Lo dejó ver en una carta en la que mostró el apoyo de las 43 Unidades Académicas y Unidades Administrativas.
Cedillo Ramírez no es necesariamente antagónica al actual grupo de Esparza. Por supuesto, tampoco es la carta del actual rector.
La trayectoria universitaria de Lilia Cedillo es impecable. Fue acuñada a lo largo de casi 40 años y con un brillante andar en la BUAP. Una académica histórica. Muy respetada.
Eso la perfila también como una opción que garantice consensos y una transición alejada de sobresaltos.
Un elemento también salta como pregunta, por demás importante, en varios universitarios: ¿Jugará algún papel la esposa del presidente Andrés Manuel López Obrador y profesora investigadora A de tiempo completo? ¿Representa Beatriz Gutiérrez Müller un voto de calidad? ¿Una opinión que genere comunión o disenso? ¿Qué tanto se involucrará o se alejará de este proceso? La mesa está puesta.
Lo cierto es que, hasta el momento, la esposa del presidente parece alejada de esta sucesión y no ha dado muestras de querer involucrarse, aunque esto es mera especulación.
De igual forma, el gobernador, Miguel Barbosa, también ha mostrado distancia y pareciera que solo es un simple observador de los destinos de la BUAP en este proceso, al menos no se ha identificado el apoyo de Casa Aguayo hacia alguno de los candidatos. La única mención que ha hecho el gobernador, es su desacuerdo por el voto electrónico, pero nada más.
La sucesión en marcha, sobre la recta final.