José Antonio López Sosa
Vivimos en una sociedad de contrastes, donde de ambos lados de la política se usan los mecanismos democráticos para manipular, para condescender con los míos y atacar a los otros, como si quisiéramos enterrar la democracia cuando al mismo tiempo pregonamos que es nuestra bandera. Así actúan los políticos de todos los partidos, de todas las corrientes ideológicas y de todos los flancos.
Viene la consulta para someter a juicio a los ex presidentes, como si la aplicación de la ley dependiera de la voluntad popular. Por otro lado, quienes clamaron por que las consultas populares tuviesen rango constitucional, ahora se dedican a hacer campaña para que la ciudadanía no participe en la consulta popular. Ambas caras de la moneda son francamente lamentables y soberbias con su mirada.
La consulta popular es un mecanismo que bien usado, puede significar la participación directa de la ciudadanía en las decisiones trascendentes para la nación, en especial cuando el Congreso de la Unión, dejó de representar los verdaderos intereses del pueblo desde hace décadas y responden a sus liderazgos políticos, no ciudadanos. Por qué no impulsar consultas populares para cosas trascendentes, como la despenalización del aborto a nivel federal, la despenalización del cultivo, comercio y consumo de la mariguana para uso lúdico, la militarización de las fuerzas policiales civiles (como es el caso de la Guardia Nacional), en fin, tantos temas que sí requieren de una amplia participación ciudadana, donde la voz de la mayoría debería ser escuchada y acatada.
Pero no, estamos sumidos entre gobierno y oposición en el juego de la consulta para enjuiciar a los expresidentes, de lo cual a simple vista concluyo lo siguiente:
Los ex presidentes fueron tan nocivos para el país, que hay motivos para juzgarlos por diversas razones y el gobierno actual, quiere someter al voto popular si se aplica la ley o no, en un acto de profunda demagogia porque insisto, la ley no debe estar sujeta a la decisión de una tribuna popular.
Los partidos de oposición (de donde emanaron estos ex presidentes), no reconocen ni un poco, el daño que estos sujetos hicieron al país aún cuando se les contrató para administrar a la federación, por ello más que querer atacar la consulta, al final del día siguen defendiendo a estos personajes y la única vía que tienen, es descalificando la consulta, pero no con los argumentos de la ley sino con más politiquería.
En fin, tenemos la clase política que merecemos, apuntes a nuestro subdesarrollo.