En el reciente proceso electoral, los ciudadanos, de acuerdo con las primeras cifras, han tomado la decisión de que exista un Poder Legislativo más equilibrado y un balance de poderes locales que no permite que el partido en el poder lo concentre.
Hace seis meses, Morena y el presidente López Obrador consideraban que, a partir de hoy, habría un mayor margen de maniobra para consolidar las reformas constitucionales que le darían continuidad a la 4T. No será así.
Pero, no nos equivoquemos, la ciudadanía decidió que Morena seguirá siendo la principal fuerza política del país.
Ciertamente, lo que ocurrió es que los resultados electorales obligan a que, si se quiere dar continuidad al proyecto político de la 4T, se tenga que ganar la elección presidencial de 2024. No hay más.
Para AMLO, político avezado, era muy importante asegurar desde ahora el futuro de la 4T, sin importar el resultado de 2024.
Por eso se quería una Cámara de Diputados que ratificara la mayoría constitucional con la que hoy cuentan Morena y sus aliados. Los resultados indican que eso no será posible.
Ahora, no solo será muy complicado hacer estas reformas, sino que el posicionamiento del proyecto para 2024 se ha complicado. El día después de las elecciones es muy importante para la vida política del país.
El caso que quizás más se recuerde es el de 1997, cuando Vicente Fox lanzó su candidatura presidencial, que al final se convirtió en un proyecto triunfante.
A partir de las elecciones intermedias, otros personajes, entre ellos el mismo AMLO, fueron posicionando su candidatura para conseguir el triunfo en las siguientes elecciones presidenciales.
Ahora las cosas se complican para el proyecto de la 4T.
Es una realidad que ni lejanamente, los potenciales candidatos de Morena tienen el carisma y el arrastre de López Obrador. La contienda que inició a partir del 7 de junio, será entre políticos que carecen del recorrido de AMLO.
Probablemente eso llevará nuevamente a los temores de una tentación reeleccionista del presidente. No lo sabemos.
Pero, en medio de la borrachera de algunos buenos resultados, la oposición se equivocará si considera que la 4T está noqueada, nada más alejado de la realidad que pensar algo así. Morena está de pie y muy fuerte.
El hecho es que, hasta ahora, el gobierno de López Obrador y su proyecto han podido responder a un segmento amplio de la sociedad, que busca políticas públicas en las que ellos sean protagonistas.
El avance de la oposición que se apreció en las elecciones del proceso que acabamos de vivir, se puede ver como un voto de castigo hacia Morena y el gobierno de la 4T.
En realidad, no se pudo posicionar entre el electorado una propuesta alternativa. Los electores que votaron en contra de Morena en realidad no lo hicieron a favor de las otras fuerzas políticas que contendieron. Una parte muy importante del electorado lo que quiere es mejores condiciones de vida.
Ciertamente, el reto para la oposición es construir una alternativa para 2024 que tenga esa visión en el centro.
No será nada fácil. Por esa razón, quienes crean que la 4T está ya fuera de la competencia política podrían tener una gran decepción en los siguientes meses.
Sin embargo, a diferencia de lo que se percibía hace algunos años, ahora la oposición puede tener una plataforma que le permita construir una candidatura única para 2024.
Si no se trabaja en ello y en establecer una plataforma programática, el éxito obtenido en estas elecciones podría diluirse rápidamente.