Eugenia Toledo Renner. Nació en Temuco, Chile. Creció en el mismo barrio de Pablo Neruda. Profesora de castellano de la Universidad Católica, fue la primera mujer que recibió un máster y doctorado de Temuco, en la Universidad de Washington, Seattle, en 1981. Ha publicado once libros de poesía, estudios literarios y libros de ficción y artículos. Su libro Trazas de mapa / Trazas de sangre recibió dos nominaciones en los estados de Washington y California, Los Ángeles. Su libro Pasajeros sin andén ni cobre fue traducido al inglés con el apoyo de la Organización 4Culture, Seattle. En el año 2023 fue nominada Poeta de la Araucanía, junto a Carlos Gray, por su trabajo en la publicación Vidas robadas. Toledo vive entre Chile y Estados Unidos.
Ícaro siempre
(No todas las tragedias son griegas. Eso se sabe. Del poema
“Desparpajar” de Cristina Rivera Garza).
A través de los años siempre vuelvo
a la pintura La caída de Ícaro por W.H. Auden.
Esa bahía utópica entrega un ahogo,
un desgarrado grito surge del mar azulado.
Un barco enclavado, rocas salinas.
Un viento que sopla las velas,
gaviotas y nubes espumosas.
El pastor de ovejas,
perro al lado, mira el clima.
El campesino ara,
caballo y hombre cautelan el suelo.
Este es el mundo de los que no se dan
cuenta, de los ocupados, indiferentes.
Territorios dormidos, ciudad y campo.
Pareciera que nada sucede y todo.
Pero, no. Ícaro se ahoga, sí se ahoga
de muerte verde, muerte por agua.
Ícaro, acaso quisiste
volar. Mejor dicho, escapar.
Sí, escapar de tu prisión.
Fue un error, fue la insidia del fuego.
¿Por qué alguien cae en tersas
aguas frías una tarde de tanto sol?
No tengo respuesta para lo sucedido,
tu boca llena de sal,
tus piernas hacia el cielo,
no volaste en el aire espacial
sino en el espacio marino,
las lenguas de agua te devoraron.
No fue el cielo ni el aire.
Con tu muerte
poesía heroica escribiste,
literatura, escrituras, dejaste.
&
Ícaro, si cayeras hoy,
del aire a la tierra:
caerías sobre un block, una verja de hierro,
en las antenas o en los cables eléctricos.
Cruzarías un desierto, saltarías un muro,
navegarías un mar, tal vez
llegarías a la playa medio muerto,
o como un poema
nadarías la corriente de un río.
Sin salvación.
Ícaro, tu caída es un mito, cierto,
el principio de tantos casos.
Alas, intenciones y deseos,
cera derretida.
Tu ocaso repetido.
Inmigrante, aviador.